|
CHAMANISMO
Silvia Polivoy*
Abraham Maslow denominó a estas experiencias directas con lo divino experiencias cumbres, pero este tipo de experiencias no están limitadas a los estados modificados producidos solamente por drogas o plantas maestras, también puede ocurrir durante la meditación, hiperventilando, practicando yoga, hipnosis, ayunos, sufrimiento físico, como el de ciertos santos que se flagelaban o ciertos yoguis que podian mantener una posicion física por meses, etc. O sea que es un estado al que se puede llegar y en estos estados podemos explorar dimensiones diferentes a las que accedemos en estados de conciencia ordinaria. Y estos lugares ya han sido cartografiados. La ciencia ortodoxa trata como subjetivos a estos estados , y por lo tanto no valiosos. Entonces estas formas de experiencias de éxtasis, de otras "dimensiones", de unión mística, de belleza, de trascendencia del espacio temporal, pueden ser ubicadas como experiencias patológicas. La psiquiatría tradicional no distingue entre misticismo y psicosis. Es por ésto que la psicología transpersonal integra a la ciencia el estudio de las potencialidades espirituales del hombre, utilizando técnicas para modificar el estado de conciencia, ya que los fenómenos espirituales parecen incomprensibles en el estado de conciencia ordinario. Los estados ampliados pueden tener un costado peligroso ya que al disminuir las defensas pueden aparecer materiales inaceptables de nuestro pasado personal (que estaban reprimidos) y provocar perturbación e ir exacerbándose si la persona no sabe cómo manejarse con su angustia y alcanzar niveles aterradores (bad trip o mal viaje). Por eso es aconsejable una preparación psicológica, aprender a diferenciar lo que viene de adentro de lo que viene de afuera, y fundamentalmente trabajar en un contexto psicoterapéutico y contenedor, con terapeutas debidamente entrenados y cualificados. Pero a pesar de los riesgos, los fenómenos espirituales, nuestros contenidos inconcientes y los estados alterados con ellos asociados son demasiado importantes para ignorarlos. En psicoterapia utilizamos la información que aparece al levantarse la represión para reestructurar pautas de comportamiento indeseado. Muchos de los psicoactivos son semejantes y a veces idénticos a sustancias normalmente producidas por el cuerpo, por ejemplo la Dimetil Triptamina que contiene la ayahuasca. También hay que considerar el efecto mismo ya que la capacidad para dicha experiencia sugiere que el estado psicodélico es inherentemente básico a aspectos de nuestra psique que normalmente son inaccesibles en la fase de vigilia. Por lo tanto bajo circunstancias apropiadas dichas sustancias pueden permitir provisionalmente a un individuo un hondo y amplio acceso a su mente. Mediante el sueño tenemos acceso a ciertos aspectos de nuestra psique que son normalmente inaccesibles en la conciencia de vigilia. Los enteógenos o plantas psicointegradoras sirven para producir estados que se experimentan durante el sueño o en raras epifanías extáticas cuando estamos despiertos. En contraste con la mayoría de las drogas, los enteógenos no generan dependencia física. Una rápida y provisional tolerancia (que no se compensa aumentando la dosis) es también característica. Fundamentalmente sirven para ubicar los condicionamientos tempranos y reestructurarlos, sentir altruísmo al disolverse momentáneamente los límites de nuestro ego, lograr mayor visión interna, mayor lucidez y por lo tanto importantes insight. Acceder a la parte de uno que puede ver las fuerzas, los impulsos que hay detrás de nuestros propios actos y emociones, ser capaz de seguir el curso de un pensamiento y dirigir nuestras vidas con mayor claridad y consciencia. Por eso nos ayudan a integrarnos. Entondes a las plantas maestras también se las llama plantas psicointegradoras, enteógenos o plantas sagradas, y algunas de ellas son la ayahuasca, el peyote, hongos psilocibínicos, salvia divinormum, el cactus San Pedro, ibogaína, epena, cebil, etc. Abraham Maslow en su libro "The Psychology of Science" ha mostrado cómo la ciencia puede ser el mejor mecanismo de defensa neurótico inventado por el hombre, porque el rechazo selectivo de parte del conocimiento humano es una maniobra defensiva y por lo tanto neurótica, y por miedo, elimina las experiencias transpersonales como objeto digno de estudio. Lo que nos conviene a todos es que la ciencia sea un sistema abierto de maduración personal. La física moderna nos enseña la unidad general del universo donde la conciencia tiene un papel mucho más cercano al que han descripto los grandes místicos. La trascendencia del ego, aunque sea fugaz, es el comienzo del despertar. ------------------ * Silvia Polivoy
|
|
Responsables
de la web:
Difusión Fraternal de Información Relevante Última actualización: febrero del 2002 |
Diseño
y hosting de la
web cortesía de: |