Modelos
multidimensionales
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FLATLAND:
En 'El País del Plano', los personajes son formas geométricas diversas que viven en un mundo exclusivamente bidimensional. Al comienzo de nuestra historia, el narrador, un Cuadrado de mediana edad, tiene un sueño inquietante en el cual visita un reino unidimensional, el País de la Línea, cuyos habitantes sólo pueden moverse de un punto a otro. Con creciente frustración intenta explicar quien es él, una línea de líneas, proveniente de un país en el que se puede uno mover, no sólo de punto en punto, sino también de lado a lado. Los habitantes del País de la Línea, enfadados, están a punto de atacarle cuando se despierta sobresaltado. Un poco más tarde, aquel mismo día, intenta ayudar en sus estudios a su nieto, un pequeño Hexágono. El nieto sugiere la posibilidad de una tercera dimensión, un reino en el que habría arriba y abajo, además de un lado y otro. El Cuadrado tacha esta idea de estúpida e inimaginable. Aquella misma noche el Cuadrado tiene un encuentro extraordinario, decisivo para su vida: recibe la visita de un habitante del País del Espacio, el reino de las tres dimensiones. Al principio, el Cuadrado se siente simplemente confundido por su visitante, un extraño círculo que parece cambiar de tamaño, e incluso desaparecer. El visitante se presenta a sí mismo como una Esfera. Parecia cambiar de tamaño y desaparecer, tan sólo porque estaba acercándose al Cuadrado en el espacio y descendiendo al mismo tiempo. Dándose cuenta de que sólo con argumentos no podría llegar a convencer al Cuadrado de la existencia de la tercera dimensión, la Esfera, exasperada, le introduce en una experiencia de profundidad. El Cuadrado queda fuertemente conmocionado. Dice: 'Tenía una sensación confusa y mareante en la visión, era algo distinto que ver; veía una línea que no era una línea, y un espacio que no era espacio. Yo era y no era yo mismo al mismo tiempo. Cuando pude recobrar la voz, lancé un grito de agonía: Esto es la locura o el infierno!'. 'No es ninguna de las dos cosas', replicó serenamente la voz de la Esfera. 'Es conocimiento; son las tres dimensiones. Abre tus ojos otra vez, y trata de mirar con tranquilidad'. Tras haber tenido esa experiencia intuitiva de la tercera dimensión, el Cuadrado se convierte en su apóstol, intentando convencer a sus conciudadanos del País del Plano de que el Espacio es algo más que sólo una noción propia de los matemáticos. A causa de su insistencia, es finalmente encarcelado en beneficio publico. Cada año, en lo sucesivo, el sumo sacerdote del País del Plano, el Círculo Jefe, acude a tantearle para comprobar si ha recobrado su sano juicio, pero el Cuadrado continúa insistiendo testarudamente en que hay una tercera dimensión. No puede olvidarlo, aunque no es capaz de explicarlo. Edwin Abbott
LA
CIENCIA SE ENCAMINA A UNA NUEVA REVOLUCIÓN: Noticiero
de Ciencia y Tecnología 18 de Febrero del 2003. (Física) El concepto de la existencia de otras dimensiones físicas, más allá de las actualmente conocidas, fue rechazado como algo sin sentido incluso por uno de sus promotores, hace casi 90 años. Ahora, sin embargo, podrían ser la solución para explicar algunos problemas de la física de partículas, la cosmología y la física gravitatoria. Según un grupo de expertos sobre la cuestión, reunido el pasado 15 de febrero, en Denver, podríamos estar a sólo unos años de una auténtica revolución científica. Joseph Lykken, de la University of Chicago y del Fermi National Accelerator Laboratory, cree que no es frecuente que se produzca una confluencia de ideas y de experimentos como la presente, que podría llevarnos al descubrimiento de la existencia de estas dimensiones "extra". La teoría de cuerdas, desarrollada durante las dos últimas décadas, requiere que el espacio-tiempo contenga hasta siete dimensiones adicionales si se desea que incluya a la gravedad. Los expertos sospechan que hay algo que falta en este modelo. Parece haber más partículas y fuerzas de las que necesitamos, y operan de formas más complicadas de lo que deberían. La existencia de otras dimensiones podría ayudar a explicar estas complejidades. Nuevos experimentos realizados en el Fermi National Accelerator Laboratory están produciendo resultados que no encajan en el modelo estándar. La actualidad de la física de partículas, la física gravitatoria y la cosmología nos recuerda a cuando la mecánica cuántica empezó a adoptar una forma coherente, en los años 20 del siglo pasado. Para Sean Carroll, también de la University of Chicago, la existencia de otras dimensiones podría ayudarnos a resolver dos misterios cosmológicos: cuáles fueron las condiciones iniciales del universo, y qué es la misteriosa energía oscura que está acelerando su expansión. Los físicos también proponen que la energía oscura estaría gobernada en parte por lo que sucede en las cuatro dimensiones conocidas, y en parte por lo que pasa en las otras dimensiones. Reconocer la existencia de estas últimas podría ser la luz que nos permitiera entender todo el proceso. Un cambio de perspectiva como éste quizá bastará para resolver todos nuestros problemas a un tiempo. http://hep.uchicago.edu/cdf/smaria/ms/aaas03.html
FISICA
HIPERDIMENSIONAL, ¿POR QUÉ NOS OCULTAN ESTE CONOCIMIENTO? EL GRAN SECRETO Una nueva rama de la ciencia, con su consiguiente tecnología, podría llevar años de desarrollo en algunos laboratorios, rodeados del maáximo secreto. Sus aplicaciones podrían transformar radicalmente la sociedad humana y dar paso a una nueva era imprevisible para el poder. Sin embargo, todos los esfuerzos por encubrir este conocimiento serian inutiles, dado que la teoria en la cual se basa implica que los saltos evolutivos son dirigidos por fuerzas Interdimensionales que ni siquiera sospechamos. En junio de 2000, el Dr. Lijun Wang, de la universidad de Princeton, consiguió superar la velocidad de la luz acelerando un pulso de radiación laser. El resultado del experimento cuestiona la teoría de la relatividad y parece exigir una nueva física para explicar ciertos fenómenos, precisamente en un momento histórico que muchas tradiciones milenarias coinciden en calificar como el comienzo de una nueva edad de oro. Imaginemos durante un momento cómo sería el mundo si la energía que consumimos fuera virtualmente gratuita. Utópico ¿verdad? ¿ Y si fueramos capaces de gobernar el clima, descomponer y recomponer la estructura fundamental de la materia, dirigir el curso de nuestra propia biología y, en general, dominar y controlar cualquier fuerza de la naturaleza? La consecuencia inmediata que se nos ocurre es que nuestro nivel adquisitivo ascendería hasta niveles considerablemente más altos que los actuales, es más: ese proceso se reproduciría a escala mundial haciendo que la pobreza y el hambre desaparecieran de nuestro planeta. En esta situación, no cabe duda de que nuestra especie se vería libre de todas las servidumbres. Viviríamos en un mundo donde no sería necesario trabajar, en el cual cada persona podría encaminar su vida y su talento por los senderos que estimase más oportuno. Ahora, imaginemos que, por algún acontecimiento cósmico, el ser humano alcanzara estas capacidades, no por méritos propios, sino porque se viera abocado de forma inevitable a dar el siguiente paso evolutivo en esa dirección y que el experimento del Dr. Wang, que parece haber abierto una grieta en la física relativista, es el primer atisbo público del nuevo conocimiento. Bonita historia. ¿Estaríamos nada menos que ante la utopía soñada por los visionarios de todos los tiempos: el ideal en el cual coinciden las ideologías de todos los signos, aunque discrepen en los medios para crear semejante paraíso. Pues bien todo esto no sólo es posible, sino que podría estar empezando a suceder sin que nos enteremos. Indicios recogidos en todo el mundo nos llevan a pensar que nos encontramos en vísperas de conocer el gran secreto: la clave de los mayores enigmas de nuestro mundo y, sobre todo, la fuente de un poder inimaginable. Para conocer los antecedentes de esta historia debemos remontamos a una época increíblemente remota, decenas de miles de años antes de la aparición de nuestro primeros registros históricos. En aquel tiempo parece haber existido una civilización cuyo recuerdo ha pervivido en las leyendas y mitos de practicamente la totalidad de los pueblos de la tierra en diversos lugares del globo han sobrevivido vestigios de ella: edificios y artefactos que se han convertido en una pesadilla para cientificos y arqueólogos. No sabemos si sus artifices fueron seres humanos o algo diferente, si eran originarios de nuestro planeta o llegaron aquí como consecuencia de alguna inimaginable peripecia. Lo que suponemos, porque en esto coinciden todas las leyendas que sobre ellos se escribieron, es que eran dueños de conocimientos que les permitían realizar prodigios inaccesibles para nosotros, haciendoles aparecer como dioses a los ojos de nuestros antepasados. Estos enigmáticos seres no eran dioses, sino tan sólo los depositarios de un saber que les otorgaba un poder casi ilimitado comparado con el de nuestros ancestros. Y estamos seguros de que no eran dioses porque, en lo que también coinciden esas leyendas es que ese conocimiento fue la causa de su crepúsculo. La Atlántida, o como se la quiera llamar, desapareció casi de la noche a la mañana destruída por la insensatez de sus habitantes que, borrachos de soberbia, hicieron mal uso del don que se les había otorgado. Los supervivientes se dispersaron por todo el globo. Con el discurrir de los siglos, la antigua ciencia trasmitida de maestro a discípulo a través de generaciones se fue contaminando de superstición. Quedaron los ritos, pero la explicacion de todo ello se había extraviado hacia mucho tiempo. Así nacieron las ciencias ocultas, la astrología, la alquimia, las disciplinas espirituales y hasta la magia. Sin embargo, es posible que la antigua ciencia no se haya perdido para siempre y ahora mismo estamos en vísperas de adquirir un conocimiento que, en cuanto a compresión del Universo, nos colocaría a la misma altura de aquellos míticos seres a quienes nuestros primitivos antepasados llamaron dioses. El secreto comienza a dibujarse a partir de una nueva disciplina (o tal vez no tan nueva) llamada física hiper dimensional. En 1976 el mundo esperaba expectante las primeras fotografías tomadas por la sonda espacial Viking. Nadie podía imaginar que esas imagenes enviadas desde millones de kilómetros de distancia serían las portadoras de secretos demasiados inquietantes, demasiado desestabilizadores, tanto que la propia NASA podría haber intentado hacerlos desaparecer. Las imágenes procedentes de la región conocida como Cydonia mostraban la existencia de un vasto conjunto de cuerpos de apariencia artificial entre los que destacaba la bautizada como "esfinge de Marte" una gigantesca cabeza esculpida en piedra cuyo rostro, orientado hacia el espacio, nos devolvía la mirada inquisitiva que habíamos dirigido hacia este planeta vecino durante milenios. A partir de ese momento, personalidades como Richard Hoagland, Vincent Diprietro, Gregory Molenaar o Mark Carlotto, todos ellos provistos de intachables credenciales científicas, consagraron sus vidas al estudio de lo que creían podía constituir la primera prueba material de vida inteligente extraterrestre. La polémicas imágenes fueron estudiadas hasta el mínimo detalle, se utilizaron complejos procedimientos informáticos para analizarlas y se trazaron pormenorizadas cartografías de la zona con ayuda de los métodos más cientificos. Ni la campaña de desprestigio del caso que llevó a cabo la NASA, recurriendo a científicos tan populares en su momento como Carl Sagan, fue suficiente para silenciar las voces que reclamaban un estudio a fondo y oficial de la región de Cydonia. Pero sería en 1988 cuando la investigación sobre las anomalías marcianas tomaría un nuevo rumbo de la mano de Erol Torun, cartógrafo y analista de sistemas del servicio cartográfico de la secretaría de Defensa de EEUU. De las estructuras que se alzan en la llanura de Cydonia, la conocida como pirámide D&M atrajo especialmente su curiosidad. En la esquina sur-suroeste de la "esfinge" exactamente igual a 1/360 del diametro polar marciano, se encuentra una estructura de un tamaño que resulta difícilmente concebible. La pirámide D&M recibió este nombre como homenaje a sus descubridores, Diprietro y Molenaar. Tiene una altura aproximada de 800 metros y un diámetro de casi 3 kilómetros. Se trata de una pirámide pentagonal, cuyos lados están dispuestos en ángulos de 30 grados. En su construcción se debieron emplear 1,5 kilometros cúbicos de material y su colocacion respecto a los otros objetos de Cydonia dibujan un perfecto triángulo equilatero. Torun, a pesar de sus amplios conocimientos de geomorfología, no conocía ningún mecanismo natural que pudiera explicar la formación de semejante estructura. Fue esto lo que le movió a analizar cuidadosamente su geometría. A pesar de estar vivamente impresionado por la simetría del objeto, el mismo confesó más tarde que no estaba preparado para lo que iba a encontrar. Codificadas en la estructura de aquel objeto al cual la NASA había calificado como "formación natural", descubrió una serie de relaciones matemáticas, constantes y expresiones sumamente especificas y redundantes, cuya probabilidad de que se originaran por azar se encontraba cercana a cero. Numeros irracionales como "Pi" (la razón de la circunferencia respecto del diametro del círculo) y otras constantes fundamentales en geometría, aparecían repetidamente, combinados de todas las maneras posibles, tanto en los ángulos como en las relaciones entre éstos y sus respectivas funciones trigonométricas. Esto, que de por sí constituía un asombroso hallazgo, quedó rápidamente empequeñecido por otro descubrimiento mayor, esas mismas relaciones matemáticas se repetían con increíble precisión si se trazaba una serie de líneas que unieran entre sí las misteriosas estructuras de la famosa llanura marciana. Todo formaba parte de un complejo diseño que repetía insistentemente los mismos números, figuras y ángulos. Estaba claro que aquello constituía un mensaje dibujado por criaturas inteligentes y expresado en el lenguaje más universal que existe; las matemáticas. Si tantas molestias se tomaron sus constructores, levantando edificios que harían palidecer de envidia a las mayores creaciones del ser humano, algo de suma importancia habrían querido trasmitirnos. La pregunta era, ¿QUÉ? Este enigma inquietaba especialmente a Richard Hoagland, el principal investigador del tema de Cydonia, que no es ningun advenedizo en el campo científico, entre otros muchos puestos oficiales ocupó el cargo de asesor para asuntos especiales de la cadena de televisión norteamericana CBS para el proyecto Apolo, que puso al hombre en la Luna. Durante meses, Hoagland trabajó con aquellas líneas misteriosas, buscándoles un sentido, intentando descifrar su mensaje. Por fin, un buen día, la verdad apareció súbitamente ante sus ojos. Y, ciertamente, resultaba más increíble que la fantasía más exaltada. En la llanura de Cydonia, a 56 millones de kilómetros de nuestro planeta, olvidados durante miles de años, se encontraban dibujados con absoluta precisión los postulados teóricos básicos de una ciencia olvidada que hizo furor a finales del siglo XIX para, más tarde, caer en el olvido de la ortodoxia científica, que la consideró como algo inaceptable: la Física Hiperdimensional. Basándose en este conocimiento, Hoagland pudo establecer varias predicciones que, al ser comprobadas, resultaron ciertas. Así descubrió que, según los postulados de la física hiperdimensional, existe una importante relacion entre el tetraedro (o pirámide) y la esfera donde este poliedro puede ser inscrito. Considerando a los planetas como esferas y colocando el vértice de un imaginario tetraedro en uno de los polos, los otros tres vertices caen a la altura del paralelo 19.5. Pues bien, curiosamente en esa misma localizacion geográfica es donde se encuentran los mayores focos de inestabilidad de cada planeta: en la tierra este punto coincide con el cinturón volcánico del Pacífico (el volcán Mauna Kea está a 19.6 grados Norte), mientras que el gigantesco monte Olimpo de Marte (el mayor volcán del Sistema Solar) se encuentra a 19.5 grados Sur, y algo similar ocurre en Neptuno, que tiene una mancha similar a la de Júpiter, sólo que de color azul, y en el sol, donde la mayor incidencia de las manchas (que son el efecto visible de las erupciones derivadas de la alta actividad) se observa, precisamente, alrededor del paralelo 19.5. LA FISICA HIPERDIMENSIONAL La aparición de estos (vórtices planetarios) ya había sido predicha a mediados del siglo XIX por el físico matemático James Clerk Maxwell, cuyas ecuaciones pusieron la piedra angular de la primera teoría unificada de las fuerzas naturales. El electromagnetismo, su teoría supuso un paso ineludible en el camino que condujo a la física moderna: la relatividad de Einstein y la mecánica cuántica, de Planck, Heisenberg y Schrodinger. Sus postulados fueron propuestos por los científicos más notables de la época, y muy poco dados a especulaciones paracientíficas como Helmholtz, Lord Kelvin, Faraday y el propio Maxwell. Estos pioneros llegaron a la conclusion de que nuestra realidad tridimensional no es sino la parte accesible para nosotros (seres tridimensionales) de un universo de más dimensiones, y que en la interacción entre esas otras dimensiones y las tres que constituyen el mundo material de nuestra experiencia se encontraría el secreto de muchos fenomenos hasta ahora inexplicables, e incluso la clave de la aparición de la vida sobre nuestro planeta. Los padres de la física hiperdimensional llenaron pizarras con interminables cálculos, desarrollaron ingeniosos modelos cosmológicos y levantaron un verdadero edificio de relaciones matemáticas y geométricas. Las mismas que más tarde aparecerian en un lugar tan insospechado como la superficie de Marte. Sabían que, en determinadas circunstancias, tendría que existir un flujo de energía de esas otras dimensiones hacia la nuestra. Concretamente, afirmaban que un sistema giratorio de un espacio de cuatro dimensiones haría surgir una serie de vórtices de energía al ser proyectado en un espacio de tres dimensiones como el nuestro. Ese fenomeno se produciría, según sus cálculos matemáticos, a 19.5 grados de ecuador. Sin embargo, lo novedoso de la idea la hizo blanco de numerosos ataques y terminó cayendo en el cajón del olvido científico. Son célebres, en este sentido, los adjetivos descalificadores "místicos" y "obra del diablo" que el físico Oliver Heaviside dedicó a estos trabajos de Maxwell por tratar con conceptos hiperdimensionales. Sin embargo, a medidos de la década de los 60, un hallazgo astronómico aparentemente irrelevante vino a apoyar los planteamientos de aquellos pioneros de la fisica del siglo XX. Las observaciones que se realizaron a través de los primeros espectrografos demostraron que el planeta Júpiter desprende una "radiación infrarroja anómala" esto es, emite mucha más energía de la que recibe del sol. Posteriormente, las ondas Pioneer y Voyager pusieron de manifiesto que el mismo fenómeno inexplicable se repetía en Saturno, Urano y Neptuno. Esto constituía una anomalía cósmica de primer orden. Si la cantidad de radiación emitida al espacio por estos planetas es muy superior a la que corresponderia a la suma del calor interno y al que reciben del Sol, entonces, ¿de dónde procedía esa energia adicional? Para la Física Hiperdimensional la respuesta es que la combinación entre la masa de los planetas y su momento angular (la energía de su desplazamiento alrededor del sol) genera un punto de contacto con otras dimensiones, a través del cual se produce una transferencia de energía. Esto se puede cuantificar a través de la formula L = mr 2, en la que "L" es la energia resultante, "m" la masa y "r" el momento angular. Dicho llanamente: recibimos aportaciones energéticas de otras dimensiones inaccesibles a nuestra experiencia tridimensional, y el propio sistema solar funciona como un mecanismo que genera los portales interdimensionales a través de los cuales penetra dicha energía. Los parametros físicos y matemáticos requeridos para esta transferencia de energía e información procedentes de un hipotético espacio n-dimensional (donde n es un número indeterminado) fueron establecidas en su momento por personalidades científicas del siglo XIX de la talla del matemático alemán Georg Riemann, el físico escocés Sir William Thompson, el ya citado Maxwell y el matemático británico Sir William Rowan Hamilton. Fue concretamente el matemático Arthur Cayley quien estableció las relaciones geométricas interdimensionales que aparecen, no sólo en la llanura de Cydonia, sino también en la geometría sagrada que durante milenios ha acompaniado a las prácticas esotéricas más diversas y ha regido la configuracion formal de las construcciones de la arquitectura sagrada. No obstante, hay una objeción legítima que hacer. Est´´a muy bien que exista una física hiperdimensional asociada a la mecánica celeste, pero ¿no hay algo más actual, más tangible, que pueda confirmarnos que estamos ante un indicio que pueda conducirnos a la antigua ciencia de los dioses? Fusión fría Entre el 6 y el 9 de diciembre de 1993 tuvo lugar la cuarta conferencia de fusión fría en Maui, Hawai, muy cerca del paralelo 19,5. Científicos de todo el mundo se habían reunido para tratar lo que podía ser el mayor hallazgo de la historia. Se presentaron mas de 150 ponencias del más alto nivel y asistieron los padres de esta disciplina: Stanley Pons y Martin Fleischmann, que habían acudido desde el laboratorio que en Niza ha montado para ellos Technova, una subsidiaria de Toyota. La conferencia de Maui fue el ultimo gran acontecimiento en el campo de la fusión fría, marginado por la ciencia oficial. A pesar de que en todo el planeta existen equipos de investigacion que continúan trabajando sobre este tema, su labor sólo es recogida por revistas especializadas como Infinite Energy. Aquellos que, a pesar de la postura oficial al respecto se deciden a investigar el tema, se ven acosados por sus antiguos colegas. ¿Por qué esta persecución?. Los origenes de la fusión fría se encuentran en los trabajos de Pons y Flrischman, que el 23 de marzo de 1989 convocaron una rueda de presa en la universidad de Utah, para realizar un asombroso anuncio. Según habían comprobado repetidas veces, la electrólisis de agua pesada empleando electrodos de platino y paladio tenía como resultado una producción de energía calorífica mayor que la correspondiente a la electricidad utilizada. Si se encontraba una forma de aprovechar este calor adicional, habrían encontrado una fuente inagotable y gratuita de energia. El informe levantó una encendida polemica. El 1 de mayo de1989 la American Physical Society dio carpetazo a todo el asunto catalogándolo de mera "superchería científica". Sin embargo, esto no desalentó a decenas de investigadores que, patrocinados por empresas multinacionales como Toshiba, Hitachi, Toyota, Exxon o Carterpillar, más interesadas en los resultados económicos que en los prejuicios científicos, continúan trabajando en este terreno. Los experimentos originales han sido reproducidos, incluso mejorados, en incontables ocasiones, pero nadie ha sido capaz de dar el paso definitivo en la explicación del fenómeno. Técnicos competentes, con amplia experiencia, se desesperan al comprobar como el mismo experimento, idéntico hasta el minimo detalle, arroja resultados diferentes cada vez que se realiza. A veces no sucede nada en absoluto; en cambio, la producción de calor es intensísima. Para añadir confusión, se ha comprobado que determinadas frecuencias acústicas actúan de catalizador de estas reacciones. Tal vez, los antiguos alquimistas (depositarios a fin de cuentas de los vestigios de la antigua ciencia) pudieran aportar algo de luz a los trabajos de sus modernos seguidores. Ellos sabían bien que determinados momentos astrológicos eran más propicios que otros a la hora de llevar a cabo sus operaciones. Bajo el prisma de la física moderna esto es una insensatez, pero considerado bajo la física hiperdimensional todo adquiere un sentido muy claro, ya que es precisamente el curso de los planetas el que marca la pauta de transferencia de energía entre las dimensiones; posiblemente esa misma energía que se detecta en los recipientes de la fusión fría, pero que nadie acierta a explicar de dónde proviene. Por otro lado, resulta curioso que tanto el paladio como el platino y el aluminio (empleado también en los experimentos de fusión fría) tengan una estructura cristalina en forma de tetraedro y sus átomos se organicen formando esta misma figura geométrica, clave en las fórmulas de la física hiperdimencional. Es muy probable que estos exploradores en el campo de la fusión fría estén redescubriendo algunos de los secretos que ya conocían los antiguos alquimistas y puede que alguien haya llegado un poco más lejos, aunque amparado en las sombras de un impenetrable secreto. Es posible que estemos otorgando atributos de máxima novedad a algo que determinados grupos podrían haber conocido y desarrollado en secreto desde hace años. En la comunidad de los estudiosos de las conspiraciones hace tiempo que existe una creencia muy extendida respecto a la existencia de un "gran secreto" que explicaría numerosos casos de encubrimiento en los cuales aparece involucrado el gobierno estadounidense. La mayor parte de estos estudiosos opina que este secreto podría estar relacionado con los aparatos que incesantemente vienen avistándose en nuestros cielos, desde que en 1947 comenzara a hablarse de "platillo volantes". Pero existe otro sector que, afinando un poco más, opina que tras este muro de silencio se oculta toda una nueva rama de la ciencia, cuyo desarrollo tecnológico durante los ultimos 50 años se habría escamoteado a la opinión pública. La física hiperdimensional podría muy bien ser esa ciencia. Aquí podría encontrarse la explicación al interés, por supuesto extraoficial, que departamentos gubernamentales de varios países han mostrado por los trabajos del heterodoxo y genial inventor Nicola Tesla, plenamente convencido de la existencia de otras dimensiones y de nuestra capacidad para contactar con ellas. También se explicaría la implacable persecución que sufrió en vida otro inventor genial, el psicólogo Wilhelm Reich, cuyo trabajo ha sido sistemáticamente sometido a campañas de desprestigio por un organismo con tan pocas atribuciones en el campo cieníifico como el FBI. ¿Por qué mereció un acoso tan cruel un hombre, Reich, que afirmaba haber descubierto una fuente de energía libre (orgón), a la cual accedía a través de unos "generadores" en los cuales una serie de formas geométricas (asociadas al tetraedro) tenían vital importancia? En la misma línea, la existencia de un desarrollo tecnológico tan secreto como apartado de la ciencia convencional explicaría que en el seno de las altas esferas militares se produzcan casos como el de famoso Experimento Filadelfia o el HAARP (un proyecto ultra secreto para controlar el clima con fines militares), pasando por las misteriosas actividades que se desarrollan en la mítica Área 51. También quedaría explicada de esta manera la serie de incongruencias y ocultaciones en las que lleva años incurriendo la NASA en lo tocante al tema de Cydonia, o el súbito interés que la Ballistic Missile Defense Organization, dependiente del Pentágono, ha mostrado por la exploración de nuestro satélite, donde según Hoagland podría haber señales parecidas a las dejadas en Marte. Pero, ¿por qué suprimir una tecnología que podría suponer el inicio de una edad de oro para la humanidad? Aquí ya no estamos hablando de mantener una ventaja estratégica sobre un potencial enemigo o de oscuros intereses económicos asociados a las grandes compañías petroleras. Lo que está en juego en este tema es algo aún más importante. Con una fuente de energía virtualmente gratuita y sin contar con otras insospechadas aplicaciones que pudiera tener la tecnología hiperdimencional (viajes espaciales, transmutación de los elementos, control del clima, etc.) nos encontraríamos ante un cambio radical de toda la estructura social y política a escala mundial. La energía libre haría que prácticamente cualquier producto de los que adquirimos habitualmente tuviera un precio irrisorio. El sistema económico mundial se derrumbaría bajo el peso de toneladas de oro producido en el laboratorio y que ya no tendria ningún valor. Conceptos como riqueza, pobreza o propiedad se convertirian en meros recursos retóricos, sin ninguna realidad social que los respaldase. Se abriría una época de caos, pero también de esperanza. El poder económico y político caería por su propio peso, despojándolos de los mecanismos que lo sustentan y que pueden resumirse en una breve frase: "la capacidad de administrar unos bienes escasos". Al fin y al cabo, esta es la razon profunda por la cual en un mundo con 1000 millones de hambrientos crónicos y decenas de muertos anuales por inanición se destruyen alimentos, o se suprimen cultivos. La sociedad de la abundancia, como la del pleno empleo, son incompatibles con el sistema. Sin embargo, si estamos ante un momento en el cual la misma dinámica interdimencional del universo determina un asalto cualitativo en la evolución, no habrá manera de impedir el cambio. Conocedor de los datos que acabamos de exponer, el norteamericano David M. Jinks los ha estudiado cuidadosamente y ha elaborado una impresionante teoría, expuesta en su revelador libro The monkey and the tetrahedron (Glass Moon Press, Seattle, 1999). Jinks llega a una sorprendente conclusión: los periodos de actividad hiperdimensional están intimamente ligados al ser humano y, en la actualidad, estamos a punto de acceder a uno de esos saltos evolutivos. Su argumentación no puede ser más racional. La práctica totalidad de los textos espirituales, antiguos o modernos, insisten en la importancia del amor como llave que abre las puertas de la evolucián humana. El amor es un flujo completamente libre y sin restricciones de informacián, que puede tomar la forma de palabras, pensamientos o pura energía. En un mundo donde la aceptación incondicional fuera la regla, la energía en todas sus formas fluiria coherentemente sin ningún tipo de resistencia. El amor, descrito de esta manera, sería el estado ideal para la transmisión de la energía. Ahora, consideremos este concepto en términos de física hiperdimensional. En el punto más alto de uno de estos periodos en los cuales la transmisión de energía desde otras dimensiones crece considerablemente, cuando la geometría del sistema está perfectamente alineada para permitir el flujo de información procedente de dimensiones superiores hacia nuestra realidad, ¿qué sucede? Básicamente, que aquellos sistemas que estén dispuestos a aceptar sin resistencia el flujo energético que les llegue se verán positivamente transformados por éste, mientras que aquellos que opongan resistencia al nuevo patrón de vibraciones sufrirán una serie de consecuencias adversas. Pues bien, a través de las predicciones de la física hiperdimensional. Jinks nos dice que esos periodos de máxima transferencia se dan cíclicamente y vienen a coincidir con aquellos momentos en los cuales se producen grandes convulsiones evolutivas en nuestro planeta, con extinciones en masa de ciertas especies y la aparición de otras. Lo más inquietante es que todos los datos parecen indicar que ahora nos encontramos inmersos en uno de esos momentos. Es de justicia dejar constancia de que estos grandes ciclos ya fueron descritos con precisión por cosmogonías tan alejadas entre sí como la Maya, la Hindú o la de los indios Hopi norteamericanos, que coinciden en situar en la actualidad uno de estos periodos. Pero, además, existen pruebas objetivas que vienen a confirmar la veracidad de estas antiguas profecías. Una es la llamada resonancia de Schumann, que consiste en una serie de ondas estacionarias de la ionósfera terrestre. La existencia de estas ondas fue propuesta por el físico aleman. W.O. Schumann en 1952. Simplificando mucho, estas ondas pueden ser descritas como la resonancia electromagnéticas del planeta. Es decir, se puede pensar en esta frecuencia como en el pulso vibratorio de la Tierra: un patrón electromagnético que afecta a todos sus habitantes. Este patrón vibratorio es extraordinariamente estable y comprende un rango de frecuencia de 7, 8, 14, 20, 26, 33, 29 y 45 Hz. La constancia de la resonancia de Schumann es tal que las comunicaciones militares de todo el mundo se han establecido en base a ella. Pero en 1987, sin razón aparente, el pulso del planeta comenzó a incrementarse. Según observaciones realizadas en el Instituto de Meteorología y Geofísica de la universidad de Frankfurt y por la universidad de Alaska, en 1994 ese latido estable de 7,8 ciclos por segundo había aumentado casi un 11% alcanzando los 8.6 Hz. En noviembre de 1996 ese incremento era aun mayor y la habitual estabilidad de esta constante se había perdido, viéndose sometido este ritmo natural a imprevisibles fluctuaciones. Se trata de un hecho alarmante, no sólo porque algo considerado hasta ahora como constante ha dejado de ser fiable, sino porque se trata de un fenómeno inexplicable, por más que los informes oficiales se afirme que es "consistente con las teorías aceptadas" Se cree que la vibración se volverá a estabilizar cuando alcance los 13 Hz, el número siguiente en la serie de Fibonacci, una progresión numérica muy significativa para la física hiperdimensional. ¿Qué podría significar todo esto? Básicamente, que un flujo de energía de origen desconocido no sólo está penetrando en nuestro planeta, sino haciendo subir su patrón vibratorio y, con éste, el de todo lo que el planeta contiene, incluidos sus habitantes. El calentamiento del globo, el agujero de la capa de ozono o el inexplicable fenómeno al que se enfrentan psicólogos de todo el mundo al comprobar como los coeficientes intelectuales de los niños nacidos recientemente crecen por encima de la media, sin que haya causa aparente para ello, pueden ser otros síntomas de que un flujo de energía-información está comenzando a transformar nuestro planeta. De nuestra capacidad para vibrar en armonía con él puede depender nuestra supervivencia o el que venga a sustituirnos una especie que encaje mejor con el nuevo patrón. A pesar de la incomprensión, cuando no el abierto acoso por parte de las instituciones académicas oficiales, decenas de personas trabajan actualmente para abrir caminos en un campo que podría conducir a la humanidad hacia la tan anhelada edad de oro. En un momento en el cual la tecnología y la ciencia en que se basa parecen estar a punto de tocar techo, tal vez haya llegado el momento, querámoslo o no, de que la humanidad experimente un salto evolutivo que la conduzca a nuevas formas de organización social, política y económica. De ser así, lo más apropiado sería que lo hiciéramos voluntariamente para evitar que la transición resulte dolorosa y traumática. En este contexto, es comprensible que el poder establecido esté dispuesto a todo para evitar que este conocimiento trascienda, porque acarrearía la crisis definitiva de la actual cultura y el nacimiento de otra forma de pensar y de vivir, en cuyo marco no habría espacio para el sistema vigente, vertebrado sobre el trabajo remunerado. El reino de la necesidad daría paso a un reino de libertad sin precedentes. Pero en este caso, quienes actualmente ostentan el privilegio del poder, lo perderían. Tomado de la Revista Año Cero (XII/01)
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Procedente de los guías de Amorah de Dimensiones: "Ámbitos de conciencia delimitados por la gama de frecuencia vibratoria y la naturaleza de sus formas o su ausencia de formas." Primera dimensión: "el reino de los minerales puros como recipientes de conciencia, pero carentes de su propia conciencia y autoconciencia". Segunda dimensión: "el reino vegetal; planos astrales inferiores en los que las distintas conciencias se perciben a sí mismas como todo lo que existe, ajenas al espíritu, carentes de alma y totalmente absortas en sí mismas; asimismo el reino de ciertos tipos de elementales que no tienen más conciencia propia que la controlada por una fuerza. También contiene aspectos del inframundo de los denominados bardos del budismo conocidos en otras tradiciones como reinos infernales". Tercera dimensión: "el mundo físico y sus correspondientes planos astrales. Anclado en un tiempo lineal y en una realidad basada en el espacio-tiempo. En este reino todo existe a un máximo de nueve mil vibraciones por segundo. Este es el reino en que se vive la conciencia humana." Cuarta dimensión: "los seres conservan la consciencia en forma de sentimientos y como pensamientos basados en sentimientos. Esta dimensión contiene polaridades de oscuridad y de luz. Los reinos de luz están formados por 'Ciudades de luz' y por aquellos que han alcanzado una frecuencia vibratoria de entre las nueve mil hasta las doce mil vibraciones por segundo. Aquí la consciencia es la primera etapa de la consciencia de Cristo que sigue a la ascensión. Numerosos guías, ángeles y Maestros Ascendidos impulsan a los humanos tridimensionales a que sean receptivos y estén preparados para la evolución y el crecimiento espirituales. Los seres humanos también se ven impulsados por sus homólogos astrales de oscuridad que existen en esta dimensión. Son capaces de emular la frecuencia vibratoria inferior de pensamientos negativos, vicios, emociones reprimidas y zonas de sombra humana mal curadas o rechazadas -y son capaces de arrastrarlas hacia el lado oscuro y luego controlarlas y alimentarlas de su dolor, miedo y otro tipo de energías densas-. A medida que los seres humanos desarrollan cualidades de vibración superior del ser, pensar, sentir y hacer, así como trascienden las tendencias kármicas de sus propias zonas de sombra, se ven atraídos magnéticamente hacia los impulsos de luz de la cuarta dimensión y son liberados del control oscuro de los seres parásitos. La polaridad oscura de este reino es también uno de los lugares donde se dan las pesadillas y abusos astrales." Quinta dimensión: "esta dimensión también cuenta con polaridades de luz y oscuridad. Los seres conservan las formas etéricas de la combinación de la tercera y cuarta dimensiones, pero refinadas, y con libertad para alterar estas formas a voluntad. En el aspecto de luz de este reino están la mayoría de los guías personales de los humanos, ángeles de la guarda, ángeles servidores y la mayoría de los Maestros Ascendidos y miembros de los Grandes Hermanos Blancos; las escuelas iniciáticas de nivel intermedio, el consejo kármico y los Devas Supralumínicos. A partir de esta dimensión es imposible hablar en términos de vibraciones por segundo porque se encuentran más allá de las limitaciones del tiempo y el espacio, aunque esta dimensión puede actuar a voluntad sobre la realidad espacio temporal. Esta es también la dimensión de las conciencias de Cristo y de Buda como resultado posterior del proceso de encarnación, ascensión y transición a través de las Ciudades de Luz de la cuarta dimensión. En esta dimensión se dan sueños de volar, sueños de sanación, experiencias superiores y enseñanzas. Este es el plano causal dimensional relativo a los humanos que se manifiesta y crea en los mundos de dimensiones inferiores durante el sueño. En otras palabras, es donde los humanos sueñan su vida dotándola de realidad espacio-temporal y luego se despiertan y viven esos sueños. Aquí se dan la consciencia superior, los sueños lúcidos y la magia blanca. La polaridad oscura comprende los poderosos señores oscuros de la magia negra y el control. Existen en este reino: ángeles, maestros, hechiceros y gobernantes oscuros de los mundos y los planos astrales inferiores. Si una persona desarrolla grandes poderes psíquicos y de control mental sin desarrollar la integridad de corazón y de espíritu, se les gobierna desde aquí, de donde vienen durante el sueño y tras acabar su vida humana." Sexta dimensión: "es el reino del Consejo Superior, los arcángeles que interactúan con la Tierra. Los Consejos de Ancianos y una consciencia colectiva incipiente. A partir de este nivel las dimensiones son exclusivamente de Luz. La consciencia colectiva de este reino es la de las almas divididas. Dicho de otra manera, si el alma, después de haber permanecido en un cuerpo en la Tierra, decide dividirse en dos o más partes, ya tenga su decisión origen en el dolor o en el deseo de experiencias diversas, en el nivel de la sexta dimensión cada parte compartirá el mismo Yo Superior y se conectará con nosotros a nivel de alma y espíritu. Desde aquí se dicta nuestro objetivo superior. Los seres de este nivel pueden elegir proyectarse en formas humanas, si les sirve para algún propósito, pero en realidad existen en formas puramente geométricas, que es lo característico de esta dimensión. Esta es la etapa de la Creación en la que el pensamiento, el color y el sonido toman forma geométrica y relevancia numerológica. Cuando los seres de este nivel desean comunicarse entre sí, se limitan a fusionar sus campos de energía y consciencia. Se forma un entramado único a partir de esta fusión y cada uno experimenta la naturaleza esencial del otro mediante la comparación y lo que pueda ofrecer. Se da la sensación de conocer al otro sin sentir que uno se ha convertido en el otro. La conciencia de Melquisedec existe en este nivel dimensional." Séptima dimensión: "el reino de la armonía y el sonido divinos. Los seres de este nivel existen como expresiones de la esencia a través de la armonía del sonido individual y colectivamente. La forma ya no se puede proyectar sin descender de dimensión. Las pautas se forman con el sonido pero son flujos nebulosos de color y movimiento. Las pautas variables en espiral son las únicas que pueden describirse. Cuando los seres de este nivel desean comunicarse entre sí combinan simplemente sus sonidos y mezclan colores y crean nuevas pautas. Las dos conciencias se energetizan con esta experiencia y llegan a comprenderse mutuamente. Existe un mayor acuerdo que se deduce del principio 'El Todo es más que la suma de sus partes'. Es el siguiente nivel de consciencia colectiva pero esta vez con otras almas diferentes a la tuya propia. Los seres a este nivel tienen la clave para traducir toda experiencia y conciencia en sonido puro, establecer y crear pautas de flujo. Estas frecuencias de sonido componen el único lenguaje común de la séptima dimensión hacia abajo. Los miembros de las familias de almas del mismo origen tiene la capacidad de experimentarse como un mismo ser en esta dimensión, manteniendo al mismo tiempo la capacidad de ser individuales." Octava dimensión: "las características de este reino son el color puro y las pautas de flujo. Los seres de esta dimensión existen como autoconsciencias que despiden color, luz y movimiento. La comunicación entre sí es más bien una experiencia sinérgica durante la cual ninguno de los seres puede notar la diferencia entre sí mismo y el otro. Aquí existe un amor grande de unión y comunión. Debido a la ausencia de sonido como expresión individual de este reino, es también el reino del vacío, cuyo auténtico propósito es ser un lugar donde experimentar la propia completud como esencia y conciencia puras. En ausencia de miedo puede ser un lugar de consuelo y profundo descanso." Novena dimensión: "punto de origen del Laoesh Shekinah, el sagrado Pilar de Fuego o Pilar de Luz. Es la última dimensión en la que un ser de luz tiene la capacidad de experimentar la conciencia separada de la entera supra-alma de donde vino y puede elegir sentir cuando desee la consciencia colectiva de la supra-alma. La única forma que existe es la del pilar o cadenas paralelas de una luz muy purificada. Todo parece luz blanca y cristalina, y aún así se descompone, emanando luz de colores hacia la octava dimensión. Esta es la dimensión de la conciencia de Metatrón. Cuando en una ocasión se me dio a experimentar este reino, lo único que todavía conseguía diferenciar de mí misma eran cristales etéricos. Tenía una colección de cristales de cuarzo en la mesa de mi habitación donde se encontraba mi cuerpo cuando la experiencia tuvo lugar. De pronto, fui conciente de que aún percibía los cristales como algo separado de mí aunque los muebles y las personas se habían fusionado por completo en mi conciencia. Me dijeron que sólo hasta allí podía llegar la conciencia humana sin vaporizarse el cuerpo. " Décima dimensión: "Todo lo que se me ha dicho de esta dimensión es que todos los miembros de las familias primigenias de supra-almas experimentan estar completamente inmersos en una conciencia y ya no tienen en cuenta su ser individual. Más allá de este punto no se me ha mostrado ni mencionado nada, excepto que la decimotercera dimensión es el lugar de completitud y de ser Uno en la que el yo se ve absorbido hacia Todo Lo Que Es y no conoce la separación." Extraído de Ejercicios pleyadianos de luz de Amorah Quan Yin.
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Procedente de Alción, estrella central de Las Pléyades Primera Dimensión: "el núcleo de cristal de hierro que hay en el centro de la Tierra siendo éste la gravedad" [La gravedad se describe como: "la primera dimensión de cualquier sistema que genera el eje vertical de manifestación a partir de sí mismo. La gravedad es el campo más denso de cualquier forma creada, atrae a todas las partes de su forma hacia sí misma y tiene consciencia"]. Segunda Dimensión: "reino telúrico que existe entre el núcleo central de cristal de hierro de la Tierra y la superficie terrestre allí donde habitan las fuerzas elementales". [El término elementales se define como: "inteligencias metálicas nucleares, químicas y minerales pertenecientes a la segunda dimensión"]. Tercera Dimensión: "el reino físico de los humanos" Cuarta Dimensión: "el reino polarizado de las fuerzas arquetípicas que interactúan con la Tierra y que son guiadas por los Anunnaki de Nibiru". [El término arquetipo es definido como "las fuerzas de dimensiones no-físicas que moldean y residen en la mente subconsciente, evocando grandes emociones, la creatividad y la toma de consciencia de ser manipulado, por ejemplo"]. Quinta Dimensión: "la vibración del amor que es guiada por consciencias de Las Pléyades para la Tierra, especialmente desde Alcione". Sexta Dimensión: "líneas de comunicación del pensamiento puro. Todos los objetos físicos son ideas que residen en la biblioteca de la sexta dimensión y debido a su proceso de pensar se generan formas geométricas de luz que crean las realidades. Para la Tierra, este reino es guiado por el sistema estelar Sirio". Séptima Dimensión: "líneas de comunicación del pensamiento puro. La autopista de información galáctica de luz y las bandas de fotones son para la Tierra la séptima dimensión guiada por la Galaxia de Andrómeda." Octava Dimensión: "organización estructural de la inteligencia de la Tierra conocida como Federación Galáctica y que es guiada por el sistema estelar de Orión". Novena Dimensión: "la realidad, unificada, que entreteje todas las frecuencias más sutiles. Este plano de vibración es una biblioteca de todo aquello que existe en un reino; para la Tierra, la novena dimensión es el Centro Galáctico guiado por seres de Henoch". Décima Dimensión: "el Universo en sí es la décima dimensión, el 'todo' cósmico, que contiene todo aquello que percibís desde la Tierra y no puede ser etiquetado, descrito o comprendido". "No existe una jerarquía de dimensiones, cada una es poderosa a su manera y para sus propios habitantes... En todas las dimensiones hay estructuras de organización, pero sólo en la tercera dimensión existen gobiernos. Estáis intentando comprender la multidimensionalidad pero os autolimitáis si aplicáis modelos estructurales de 3D a dimensiones superiores o inferiores. Esto es lo que sucede normalmente a la gente que está trabajando duramente para elevar su conciencia. Se atascan en un fundamentalismo jerárquico dimensional. Un ejemplo de esto podría ser si el Comando Ashtar describiese a la Federación Galáctica 8D comparándola con el Pentágono. La octava dimensión trabaja con un orden galáctico pero no hay modelos en 3D que ni por asomo, puedan describirlo. Otro ejemplo podría ser el reino telúrico 2D cuando se intenta describirlo como 'el interior de la Tierra'. Si yo descodificase las estructuras de Sirio, Nibiru, Las Pléyades o el interior de la Tierra y utilizase formas de pensamiento 3D os perderíais. Las metáforas son útiles para modelar conceptos de dimensiones superiores..." Extraído de Cosmología pleyadiana de Barbara Hand Clow.
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Miembro de la Hermandad Blanca "Todas las dimensiones están hechas de la misma 'cosa', al igual que las siete octavas de un piano son sonido. La única diferencia es de tono o de frecuencia. En un piano, cada octava se reproduce siete veces, de manera tal que las notas individuales son simplemente armónicas más altas de las que están en las octavas más bajas. Por otro lado, existe una gran distinción --una de estado de alerta. Supongan que tienen un defecto de audición que les permite oír sólo la octava más baja. Las notas bajas les van a sonar muy reales pero cuando las manos del pianista van hacia la derecha, verán el movimiento pero no van a escuchar nada. Ustedes se sentirán confundidos cuando la gente esté hablando de sonidos que ustedes no escucharon. Puede que hasta se pongan furiosos y acusen a los demás de estárselo inventando todo, crean que están locos, se encojan de hombros y digan "No lo entiendo"; o puede que se sientan carentes de algo cuando los demás hablen de la belleza de la Sonata Claro de Luna, por ejemplo. ¿Cómo reaccionarían si alguien les dijera que, con algo de práctica, podrían inclusive oír las notas más elevadas? La analogía del piano es muy útil. La intención de los cinco sentidos físicos es la de detectar sólo ciertas de las octavas del universo que los rodea. Ellos pueden detectar las octavas más bajas pero no pueden detectar las más elevadas. Ustedes poseen otros sentidos, cuya intención es detectar las octavas más elevadas del universo; pero estos permanecen latentes en la mayor parte de la especie humana. Por ejemplo, un árbol crece bajo la guía de un ser de energía, llámenlo "espíritu de los árboles", si así lo desean, quien concibe el patrón del árbol y organiza las unidades de energía de acuerdo con ese patrón. Una vez organizada, la energía, "recuerda" su función y continuamente mantiene las partículas subatómicas, arregladas en patrones, cada vez más extensos. Cuando ustedes miran a un árbol, están realmente viendo energía pura organizada, bajo un patrón, por un ser consciente y alerta. El cerebro de ustedes descodifica este patrón de energía visual como "árbol" a través del hábito. Ustedes pueden imaginarse, para esta explicación, que la energía está dividida en octavas, ocupando la Fuente la octava más elevada y el plano físico, la más baja. Yo, y otros niveles de tu ser, existimos y desempeñamos nuestras funciones en estas octavas. Imagínatelas como si fueran las varias bandas de tu radio de FM y como si cada ser, tal y como yo, fuera una estación en particular. Cada banda capta un rango diferente de frecuencias; pero cada uno de nosotros operamos en todas las bandas. Ocupamos la misma posición relativa, en el dial, en cada banda, elevando progresivamente la frecuencia. O para usar la analogía del teclado de un piano, uno está hecho de la misma nota relativa en cada octava del teclado, siete en este caso. Si tus notas individuales, dentro de cada una de las siete octavas, fueran tocadas simultáneamente, el sonido resultante sería la totalidad de tu ser: un sonido muy hermoso. Recuerden que estas analogías ni siquiera se acercan a poderles transmitir la verdadera historia. Hay muchas bandas y un número infinito de notas en cada una. También, en estos niveles, se la pasan ustedes permanentemente mezclándose con otras energías para realizar ciertas funciones." Tomado de Un Manual para la Ascensión de Serapis, disponible en las páginas de Mind-Surf.
Tradición judía El Árbol de la Vida es uno de los símbolos cabalísticos más importantes del judaísmo. Está compuesto por 10 esferas (sefirot) y 22 senderos, cada uno de los cuales representa un estado (sefirá) que acerca a la comprensión de Dios y a la manera en que él creó el mundo. La Cábala desarrolló este concepto como un modelo realista que representa un «mapa» de la Creación. Se le considera la cosmología de la Cábala y se representa en el conocido Árbol Sefirótico. El mismo se compone de diez emanaciones espirituales por parte de Dios, a través de las cuales dio origen a todo lo existente. Estas 10 emanaciones, para formar el Árbol de la Vida, se intercomunican con las 22 letras del alfabeto hebreo. Los Cuatro Mundos: Para los cabalistas, esta estructura de estudio refleja especialmente las enseñanzas de la Mercavah, las que, entre otras cosas, son interpretaciones cabalistas del libro de Ezequiel en el Antiguo Testamento. Fuentes: Wikipedia y Revista Alcione
Recibido por José Argüelles Hablaremos de muchas cosas poco conocidas para vosotros: radión, hiper-radión, CSRs, zuvuyas y engramas. Pero todas están vinculadas con un proceso o sistema coherente, la Madre Galáctica. Hasta que no hayáis comprendido la interpenetración de las dimensiones entre sí y con la galaxia como espectro multidimensional entero, continuaréis considerando la galaxia como una forma meramente tri-dimensional cuyo comportamiento siempre os confundirá y os dejará perplejos y desconcertados. Hay muchos órdenes, muchas dimensiones. Funcionamos en una galaxia de trece dimensiones. Las dimensiones son planos del orden conciente organizados según niveles de densidad, cooperación y luminosidad.
Las tres juntas constituyen el plano físico de vuestra realidad.
Las dimensiones más elevadas, de la octava a la decimotercera, son los universos reflejados de las primeras seis dimensiones. Ya que cada dimensión aumenta exponencialmente lo que abarca cada dimensión procedente, podréis comprender porqué ser capaz de experimentar la quinta dimensión está más allá de vuestra comprensión tri-dimensional actual. Lo que experimentáis como electricidad, es el residuo tri-dimensional del radión. El radión mismo consta de 6 tipos que dan cuenta de la calidad y clase de circulación en el tiempo de cualquier fenómeno tri-dimensional. Esos poderes de circulación producen algo emparentado con lo que llamáis voltaje, y se c |