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ENFOQUES ALTERNATIVOS U HOLÍSTICOS El término "alternativo" aplicado al ámbito terapéutico se utiliza para hacer constar que se trata de un enfoque distinto al de la medicina convencional, también denominada ortodoxa o escolástica, que únicamente se ocupa de la parte física del ser humano y confina su psique al campo de la psiquiatría o la psicología sin tener en cuenta su dimensión espiritual. La palabra "holístico" hace referencia a la totalidad y utilizada en el contexto terapéutico significa que el enfoque considera a la persona como un todo y el tratamiento no se basa en un aspecto particular de la persona, sino que trata de atender al mayor número posible de factores. La gran mayoría de terapias alternativas u holísticas coinciden en considerar al hombre como un ser espiritual y abordan cualquier problemática desde esa perspectiva, para después aportar soluciones a los aspectos físicos, emocionales, mentales y sociales involucrados en el problema que aqueja a la persona. En el caso del problema de la adicción, los terapéutas holísticos no rechazan una primera fase de asistencia médica ortodoxa para lograr la desintoxicación antes de iniciar una terapia de reestablecimiento; pero posteriormente recomiendan tratamientos más o menos integrales cuyo objetivo es devolver el poder a la persona y en la mayoría de los casos, orientar su vida en un contexto espiritual, aunque no religioso. El financiamiento de todas estas terapias suele ser privado y en ocasiones se manejan también con donativos.
La adicción como tropiezo en el Camino del buscador Dathlefsen y Dahlke, los autores de La Enfermedad como Camino, nos dicen que un adicto es un buscador que se quedó perdido en la búsqueda y se olvidó de seguir buscando, "conformándose con un sucedáneo", que puede ser cualquier cosa, no sólo drogas:
Respecto al tabaco, nos recuerdan que está relacionado con las vías respiratorias y los pulmones, con la respiración, que tiene que ver sobre todo con la comunicación, el contacto y la libertad: "Fumar es el intento de estimular y satisfacer este afán. El cigarrillo es el sucedáneo de la auténtica comunicación y la auténtica libertad.". Respecto a la cocaína, nos dicen que quien la busca, busca el éxito y a final de cuentas, lLa búsqueda del éxito es siempre una búsqueda de amor. "Por ejemplo, en el mundo del espectáculo y del cine está muy extendido el uso de la cocaína. El ansia de amor es el problema específico de esta profesión. El artista que se exhibe busca el amor y espera calmar estas ansias con el favor del público. La circunstancia de que esto no sea posible hace que, por un lado, constantemente se 'supere' y, por el otro, se sienta cada vez más desgraciado. Con o sin estimulante, aquí la adicción se llma éxito, con el que se pretende calmar el hambre de amor." Respecto a los psicoactivos visionarios, dicen que quien las consume tiene el propósito, más o menos conciente, de realizar experiencias mentales y trascendentales: "No es fácil determinar si son medios legítimos para abrir nuevas perspectivas a la conciencia, ya que el problema no se halla en la droga propiamente dicha sino en la mente del individuo que la utiliza... suele ser muy difícil controlar el nuevo espacio mental que nos abren las drogas y no ser invadido por él." Por eso concluyen que: "Cuanto más se adentra uno en el camino de la verdadera búsqueda, menos necesita de las drogas". (12)
Gotama el Buda dijo: "Cualquier sufrimiento que surja, tiene una reacción por causa. Si todas las reacciones cesan, entonces no hay más sufrimiento".
Dentro de la óptica de las enseñanzas budistas practicadas por la correinte de los meditadores de Vipassana, toda adicción es producto de una adherencia (upadana) que al repetirse, se convierte en un deseo vehemente (tanha), generando condicionamientos (sankharas), que son la fuente del comportamiento compulsivo. El propósito de la Meditación Vipassana consiste pues en abordar directamente la raíz del problema erradicando complettamente los condicionamientos. Según lo explica el Dr. Chokhan:
La persona con problemas de adicción que desee acabar con su dependencia a través de la Meditación Vipassana debe haber salido ya del síndorme de abstinencia de la droga, por lo menos uno o dos meses antes de la fecha de su primer curso intensivo de 10 días, en el que se le enseña la técnica de Meditación Vipassana (Ver más acerca de los cursos de Vipassana en Mind-Surf). Durante el curso, el estudiante se da cauenta de que su adicción no es sólamente a los químicos de los cuales ha abusado, sino a diversos comportamientos negativos que han creado fuertes condicionamientos en su mente y en su cuerpo. Es por ello que normalmente a los adictos les cuesta más trabajo y más tiempo concentrarse en sus sensaciones corporales y experimentarlas. De hecho, algunos pueden necesitar tomar más de un curso para aprender a hacerlo, según la experiencia de diversos Maestros de Vipassana. Ellos dicen que esto no es un obstáculo insuperable, pues "si uno continúa trabajando paciente y continuamente, tarde o temprano, uno se las arregla para romper la barrera entre la mente conciente y la mente inconciente y uno comienza a sentir sensaciones en todo el cuerpo." Junto con la conciencia (sati) de las sensaciones, se desarrolla el entendimiento de su naturaleza impermanente (anicca), lo cual permite que eventualmente uno pueda observar objetiva y ecuánimemente (upekkha) todas las sensaciones, sean éstas placenteras o desagradables, hasta reaccionar frente a cualquiera de ellas con neutralidad. De esa manera, poco a poco, en lugar de experimentr deseos vehementes o aversiones, uno permanece ecuánime y deja de producir condicionamientos (sankaras); y mediante la práctica continua de la Meditación Vipassana, se van eliminando capa tras capa los viejos condicionamientos acumulados, y de esta forma se llega a la verdadera causa de la adicción y gradualmente se logra erradicarla. Como dice el Dr. Chokan, la Meditación Vipassana no es algo mágico o milagroso:
En ambas clínicas los miembros del estaf son antiguos meditadores y varios de ellos son exadictos que con su experiencia y la aplicación de la misma a su vida cotidiana consiguen actuar muy empática y sensitivamente con las personas que llegan solicitando ayuda. Estas personas no sólo son instruidas en la técnica, sino que son apoyadas y asesoradas después del curso de Vipassana, para asegurarse de que estén trabajando con la técnica regular y adecuadamente. Atraídos por la novedad de esta efectiva terapia, los dos centros de Australia y Suiza son constantemente visitados por terapeutas de todo el mundo que desean incorporar las técnicas de meditación Vipassana y Anapana-sati. tanto en sus propios programas terapéuticos como a su vida personal, ya que la Meditación Vipassana no está particularmente orientada hacia los adictos a sustancias psicoactivas, sino en general hacia las personas que desean tranquilidad y felicidad en su vida cotidiana:
Para saber mayor información sobre el Vipassana recomiendo leer la entrevista que le hice a Eugenio, un abogado a quien la práctica de esta técnica le ayudó a abandonar definitivamente el alcoholismo; y el artículo que escribí sobre mis experiencias personales: "Vipassana: una joya dorada en la aventura del conocimiento de la conciencia" en las páginas de DFIR.
La terapia de Jaques Mabit en Takiwasi La comunidad de Takiwasi en Tarapoto, Perú,
ha sorprendido al mundo por su planteamiento poco convencional de curar
adicciones con la ayuda de la ayahuasca.
En plena selva amazónica trabaja un singular equipo de psicólogos académicos
y chamanes que enseñan al adicto a valorar la dimensión sagrada de las
plantas de poder y a recobrar el respeto por la naturaleza y por su
propio cuerpo. Este centro ha llamado la atención de muchas personas
por ser una ejemplo vivo y funcional de la síntesis de la medicina ortodoxa
con la medicina tradicional. Jaques Mabit, un médico de origen francés
que tuvo acceso al conocimiento de diferentes chamanes o curanderos
de la zona, es el iniciador de Takiwasi. Su propuesta es clara y valiente:
"que el paciente toxicómano entre en el mundo de las plantas sagradas
con la actitud de llegar a un encuentro con el espíritu, sin quedarse
en una mera toxicomanía de experiencias variadas que no logran conectar
con lo que en realidad cura y otorga sabiduría; eso que algunos llaman
Dios". (1) Mabit llegó a Perú hace 18 años para trabajar en un convenio franco-peruano dirigiendo un pequeño hospital. Allí colaboró con curanderos que le decían que los espíritus les enseñaban a través de la ayahuasca, de las dietas y de los retiros. Le aseguraban que no entendería nada si no la tomaba, ya que ellos sólo podían prepararle la ayahuasca pero el trabajo lo tenía que hacer él, ya que la planta le enseñaría directamente. Mabit dice haberla probado con entrega y cautela: "tomar ayahuasca fue una revelación para mí porque se desgarró el velo y vi que sí había otra realidad, y una posibilidad de acceder y comunicarse con esa otra dimensión." Asegura también que en determinado momento "la voz, el espíritu",
le dijo que su camino era trabajar con adictos toxicómanos y tres años
más tarde, en otra sesión de ayahuasca realizada en 1989, le llegó la
confirmación de que ese era el momento. Poco después comenzó
a formar un equipo con otras personas. Actualmente trabajan principalmente
con oriundos de la zona afectados por la cocaína
y algunos extranjeros, como la mayoría son personas de bajos recursos
la mayoría no pagan. Takiwasi recibe algunas donaciones y subvenciones
de organismos internacionales para el mantenimiento de cada paciente
que les cuesta alrededor de 500 dólares mensuales. También publican
una revista e investigan sobre el uso de las plantas tradicionales de
la región. Para el Dr. Mabit, "un toxicómano es
una persona que busca, de forma inconsciente, su propia iniciación en
el mundo espiritual; pero lo hace sin guía y en malas condiciones, por
lo que en lugar de liberarse, acaba en el infierno". (2) La persona que se somete a un tratamiento
en Takiwasi trabaja con sus sueños analizando el material onírico en
dinámicas de grupo y tiene entrevistas personales de psicoterapia clásica,
además de las actividades propias de la comunidad terapéutica que son
trabajo, ergoterapia y deporte. Este proceso se complementa con los
retiros en la selva llamados "dietas", que además de una dieta
alimenticia libre de sal e ingiriendo "ciertas plantas que permiten
reconectar con el mundo emocional", conlleva el aislamiento de
todo lo que pueda resultar perturbador durante la experiencia con ayahuasca.
En palabras de Mabit: "El adicto estará solo con la Naturaleza,
con el único cuidado de uno de nosotros, que nos situamos a unos doscientos
metros. Hay una total soledad; y ahí surge un trabajo de confrontación
con uno mismo, de introspección espontánea. En la selva todo recobra
un sentido. El adicto se hace conciente de que más allá de lo que ve
hay un orden y de que no puede hacer lo que quiere y cuando quiere,
porque eso no es la libertad". (1) La dieta supone ocho días de
aislamiento total para luego volver al centro, donde permanece quince
días más con control sobre ciertos alimentos o cosas que no puede hacer.
Después continúa con la terapia y a los dos meses hay otra dieta. En
el esquema terapéutico primero se trabaja con el cuerpo a través de
la depuración física; luego se trabaja la vida familiar, las emociones,
la afectividad, la seguridad; y en la tercera etapa se aborda la parte
espiritual. La evaluación se hace de tres formas: una
la realiza el propio paciente a través de sus visiones o sueños; otra
la realiza el quipo terapéutico bajo la guía de la ayahuasca y a través
del trabajo ortodoxo de diagnóstico clínico físico y psicológico. Manuel
Almendro, un psicólogo transpersonal que entrevistó al Dr. Mabit en
Tarapoto cuenta: "Cuando uno está en Takiwasi y participa de su
comunión, se penetra en los caminos de la sabiduría perenne. La vieja
alquimia, los procesos chamánicos, las enseñanzas orientales y cristianas
parecen unificarse en este lugar que constituye un arquetipo del proceso
para salir de la pecera". (1)
La terapia de Josep Maria Fericgla Josep
Maria Fericgla es psicólogo y doctor en antropología social, fundó el
Institut de Prospectiva Antropológica, actualmente reconvertido
en Sociedad de Etnopsicología Aplicada y Estudios Cognitivos, da
clases en las universidades
de Salamanca y Barcelona; y es autor de diversos libros en relación con el tema de
los enteógenos, entre ellos: Al trasluz de la ayahuasca y Los
chamanismos a revisión. También organiza diversos
talleres, congresos y cursos al respecto en España y Latinoamérica y
es director de la "Colección Cogniciones" de la editorial
Los Libros de la Liebre de Marzo. Al igual que el Dr. Jacques Mabit, Fericgla ha estudiado
personalmente con chamanes y ha puesto en marcha una terapia experimental
con ayahuasca para tratar a politoxicómanos y personas con trastornos
de personalidad. No obstante, a diferencia del doctor francés, a Fericgla
siempre le ha preocupado "despojar de todo ingrediente exótico,
de toda estética y de toda simbología indígena" la utilización
occidental de los enteógenos en el contexto terapéutico. Cuando
entrevisté a Fericgla en Barcelona, le pregunté acerca de su trabajo
con adictos y me comentó que en primer lugar, para él no existe la adicción.
Dice que lo que realmente existe son una serie de comportamientos
compulsivos que no sólo se dan con respecto a las drogas, sino a la
televisión, la máquinas traga monedas, las relaciones enfermizas, etc.
"Y todo comportamiento compulsivo lo que hace es estar llenando
algún vacío interior de la persona", entonces lo que hay que hacer,
desde su perspectiva no es tratar de cortar con la adicción, sino "descubrir
qué es el vacío de cada persona, de dónde surgió el vacío", para
entonces ayudarle a que lo llene para que así desaparezca el comportamiento
compulsivo en cuestión. Según me contó, hasta ahora sólo ha tratado con ayahuasca a pequeños grupos, pues sólo acepta los casos más extremos "politoxicómanos, reincidentes, personas con varios intentos de suicidio, no sólo chicos aburridos de la vida o neuróticos que empiezan a pincharse y sus papás asustados los mandan a la clínica, sino personas realmente con reincidencia de una gravedad". Y asegura que ha tenido un éxito de casi el 100%. "Claro que han sido sólo dos grupos piloto de seis personas cada uno, pero es la totalidad casi de la muestra que hemos analizado." Según cuenta:
Fericgla considera que "no hay nada de exótico en ello y sí mucha ciencia aplicada", y que ésta es la mejor forma en que un terapeuta occidental puede interiorizar y retomar el papel tradicional de un chamán y aplicarlo al contexto cultural en el que vivimos y a su particular idiosincrasia. "Es mucho más que la simple importación de ritos exóticos, cuya pérdida de sentido exotérico y esotérico, los convierte en fáciles espectáculos folclóricos para consumidores crédulos y anhelantes de experiencias fáciles y agradables." Bajo su punto de vista, "los enteógenos deben reservarse para personas íntegras y maduras ya que su peor peligro es la alimentación del narcisismo, del ego, y ello es justamente contra lo que deben luchar de forma prioritaria los inmaduros." Para saber más al respecto: Ir a la entrevista completa
con Joseph Maria Fericgla
y leer: Fericgla, Joseph Maria: Los chamanismos a revisión, Kairós,
Barcelona, 2000
La adicción como emergencia espiritual
según los Grof
Por contraposición, una emergencia espiritual ocurre cuendo el emerger espiritual es muy rápido y espectacular "y lo que es un proceso natural puede convertirse en una crisis". Según describen los Grof, las personas que sufren tales crisis se ven bombardeadas con experiencias internas que cambian de un modo abrupto sus viejas creencias y su modo de vivir y sus relaciones con la realidad varían con rapidez: "De repente se sienten incómodos en su anterior mundo familiar y pueden encontrar difícil el dar respuesta a las exigencias de la vida cotidiana. En el aspecto físico pueden experimentar poderosas energías que circulan a través de su cuerpo y les producen temblores incontrolables. Temerosos y planteaando resistencias, pueden dedicar mucho tiempo y esfuerzos a controlar lo que parece ser un acontecimiento interno que los supera. Pueden verse empujados a hablar sobre sus experiencias e introspecciones con cualquiera que esté a su alcance, dando la sensación de estar fuera de la realidad, de estar desmembrados o ser mesiánicos." (5) No obstante, los Grof sostienen que un proceso de emergencia espiritual es "por su naturaleza potencialmente curativo y transformador" ya que la activación de la psiquie que caracteriza dichas crisis involucra un despeje radical de viejos recuerdos e impresiones traumáticas. Sin embargo, para que este potencial se manifieste, es necesario que el proceso no se vea interrumpido sino apoyado por amigos, familiares y profesionales que lo entiendan como tal y que no lo clasifiquen como una enfermedad mental y lo traten con antipsicóticos. Desde esta óptica, el alcoholismo y cualquier tipode adicción pueden considerarse como una forma extrema de de emergencia espiritual. Según explican los Grof en "La adicción como emergencia espiritual", quinto capítulo de La tormentosa búsqueda del Ser, para muchas personas, "un repentino y profundo despertar espiritual" desencadena una vida de sobriedad y un giro radical respecto a las que hayan sido sus consideraciones espirituales previas. Aseguran que cuando una persona "toca fondo", casi por regla general tiene la oportunidad de llevar una vida más elevada a partir del acontecimiento que suscita este hecho. Así resulta que los lugares más insospechados, tales como celdas, callejones, hospitales, los lavabos de un bar o el suelo de la propia casa, pueden presenciar crisis transformativas de enrome magnitud: "Sea cual sea el camino, muchas personas que han conocido las profundidades del alcoholismo y la adicción a las drogas, han tocado fondo y han despertado a una nueva vida, desarrollan algún tipo de relación con un Poder Superior definido por ellos mismos: una comunidad de personas, el Yo interno, la fuerza creativa o Dios." (5) Según sus observaciones existen dos conexiones entre el despertar espiritual y la adicción. Aunque analizan específicamente al caso del alcoholismo, advierten que lo mismo puede aplicarse a cualquier otra droga psicoactiva: 1. Algunas personas desarrollan alcoholismo, dependencia a las drogas u otras adicciones a lo largo de una emergencia espiritual. Christina Grof, quien sufrió de alcoholismo para palear los síntomas de su propia emergencia espiritual, asegura que "el alcohol o las drogas pueden proporcionar una vía de escape provisional de las presiones, dolor y caos del mundo interno y de la alienación que podemos experimentar con respecto al mundo externo". No obstante advierte que aunque muchas personas llegan a través de las adicciones a una vida más libre, más productiva y más ilumindada tras su recuperación, hay miles que no lo logran, dado lo cual "no recomendaría nunca esta forma tan peligrosa de emergencia espiritual como vía de transformación". (5) 2. Muchos alcohólicos y adictos poseen gran sensibilidad, intuición o naturaleza mística que, mientras que en otras culturas es algo deseado, en el mundo moderno les causa problemas y contribuye a su conducta adictiva. Dicen los Grof que esto es evidente al escuchar que muchos alcohólicos en recuperación señalan que siempre se sintieron distintos o marginados, pero que cuando toman su primera copa o su primera droga, les parece que el dolor de la separación desaparece de repente y se sienten integrados. Mencionan que para mucha gente, "este sentido de conexión puede ser una triste caricatura del estado de unión mística, una seudosatisfacción o un profundo anhelo por un sentido más amplio del Yo." Sin ambargo acotan que pueden existir otra razón para el alcoholismo, también relacionada con el impulso innato hacia el despertar espiritual, ya que hay un gran número de personas que adictas que proceden de familias disfuncionales, con frecuencia en situaciones de abuso emocional, físico y sexual y a veces con padres químico-dependientes que al retirarse a sus mundos internos en busca de protección, comodidad y un sentido de conexión, desarrollan una conexión interna tan fuerte que su despertar espiritual puede comenzar en la niñez y más tarde, cuando crecen y se ven forzados a encajar en una sociedad en la que la racionalidad es el modo aceptado de operar y la intuición se considera débil e inadecuada, experimentan un gran dolor y un constante rechazo al tiempo que sienten un anhelo inconciente de volver a los ámbitos internos que les producían consuelo, seguridad y una relación con algo que está más allá del sufrimiento individual. Bajo tales condiciones, cuando llega su primera copa o su primer sustancia psicoactiva, sus problemas parecen resolverse: "Su tensión disminuye y sus diferencias se hacen difusas a medida que sus límites individuales parecen deshacerse y se desplazan a un estado de seudounidad. Socialmente se vuelven personas más relajadas a medida que participan de actividades muy aceptadas. Si tienen predisposición para el alcoholismo o la dependencia a las drogas, como la han tenido sus padres, pueden volverse adictos en un corto periodo de tiempo". (5) Christina y Stanislav Grof concluyen su capítulo dedicado a la adicción como emergencia espiritual con la siguiente reflexión:
(Ver más acerca de los distintos tipos de emergencias espirituales en Espiritualidad y terapias) Christina Grof fundó en 1980 la Red de Emergencia Espiritual para asistir a las personas que atraviesan por tales trances y para formar terapeutas que puedan apoyarlos. Actualmente ha crecido hasta convertirse en una organización internacional que ofrece asistencia terapéutica en diversos países, educación e información par las personas que pasan por un proceso de transformación, así como para sus familias, amigos y profesionales que les rodean. Para mayor información, contactar con el Institute of Transpersonal Psychology y leer: Grof, Christina y Stanislav: La tormentosa búsqueda del Ser, Los libros de la liebre de marzo, Barcelona, 1990.
La hipnosis regresiva de Brian Weiss El
doctor Brian Weiss, graduado de las universidades de Columbia como médico
y de Yale como psiquiatra, es catedrático de psicofarmacología y psiquiatría
biológica, y ha escrito tres libros, Muchas vidas, muchos maestros,
Lazos de amor y A través del tiempo. En todos ellos relata su descubrimiento
de una técnica de regresión hipnótica y la afinación de la misma para
curar casos graves de fobias, ansiedades, depresiones y adicciones.
Tras varios años de utilizar
la hipnosis como herramienta terapéutica, Weiss la probó para buscar
el origen de la ansiedad, los ataques de pánico y las fobias de una
paciente llamada Catherine. El doctor relata cómo fue que bajo hipnosis
Catherine recuperó recuerdos de "vidas pasadas" que resultaron
ser los factores causantes de sus síntomas. También actuó como conducto
para recibir información procedente de "entidades espirituales"
altamente evolucionados que ofrecieron datos necesarios para su recuperación
y la de otros pacientes y en pocos meses sus síntomas desaparecieron
"y reanudó su vida más feliz que nunca". Cuenta el doctor que cuando estos
hechos comenzaron a suceder se sintió absolutamente asombrado y desconcertado,
pues en sus estudios no había nada que le hubiese preparado para algo
semejante:
Weiss no es el único profesional
de la psiquiatría que se ha topado con estas cuestiones, pero quizá
es uno de los primeros que se ha atrevido a escribir al respecto. Otros
casos significativos son los del doctor Stanislav Grof, cofundador de
la Psicología Transpersonal (ver más sobre él en Cartografía
de la experiencia psicoactiva), el doctor Roger Woolger (autor
de Otras vidas, otras identidades); los doctores C.J. Ducasse,
Martin Ebon, Helen Wambach, Gertrude Schmeider, Frederick Lenz, Edith
Fiore, Brabara Ann Brennan (autora de Manos que curan y Hágase
la luz) y el doctor Ian Stevenson quien ha reunido más de dos mil
ejemplos de niños con recuerdos y experiencias del tipo de la reencarnación,
como xenoglosia, que es la capacidad de hablar un idioma extranjero
al que nunca se ha estado expuesto. No obstante, como asegura el
mismo Weiss, "la investigación científicamente rigurosa de estos
temas está todavía en mantillas. Si bien se están dando grandes pasos
para descubrir esta información, el proceso es lento y encuentra mucha
resistencia tanto por parte de los científicos como de los legos."
(9) Mientras
se llava a cabo esta investigación, el doctor Weiss se dedica a sentar
precedentes curando a cientos de personas que se ponen en sus manos. Según se desprende de las observaciones de Weiss, el origen común de la adicción es la necesidad de protección con un fuerte elemento de escapismo, pues las drogas proporcionan un método para reprimir recuerdos o sentimientos. Cuando la persona se encuentra ante una situación que le parece intolerable y cuya intencidad le sobrepasa, puede recurrir al sucicidio en casos de desesperación absoluta, o al embotamiento de la conciencia a través de psicoactivos cuando la situación intolerable es crónica y la persona se siente impotente para cambiarla. En estos casos la adicción es, según Weiss, una forma lenta de sucicidio: "A veces, quienes abusan de sustancias y se someten a la terapia de regresión a vidas pasadas descubren que se han suicidado en otras vidas y que aquello de lo que pretendían huir anteriormente ha reemergido ahora con mayor violencia. Esta vez la necesidad de escapar se ha traducido en un suicidio más lento y el escapismo de la adicción." Y "la única manera de deshacerse tanto de ese problema vital como de la trampa de las drogas es enfrentarse a ellos y resolverslos de un modo espiritual y realista". (8) La hipnosis que practica Weiss no es de tipo sugestiva (de aquellas cuyo objetivo es reprogamar los hábitos de la persona), sino regresiva. Esto significa que bajo el estado de receptividad y relajación inducido por hipnosis, se puede acceder a los recuerdos que guardan relación con el origen de la adicción o la conducta a tratar, ya sea en esta vida o en vidas pasadas. Según ha comprobado Weiss, cuando un paciente logra llegar a las verdaderas causas de sus miedos subyacentes liberando las emociones retenidas, invariablemente se cura el transtorno de manera permanente. Weiss no trata a pacientes que se encuentran en la etapa aguda de una adicción al alcohol o a otras drogas, pues considera que la hipnosis no es efectiva cuando una persona está bajo la influencia de sustancias psicoactivas:
Dice Weiss que las cusas subyacentes de la adicción pueden tener sus raíces en relaciones familiares difíciles y/o en un abuso infantil previo. Asímismo: "En algunos pacientes el problema central puede estar relacionado con sentimientos de cólera o violencia, puesto que el consumo de alcohol y drogas facilita la expresión de dichos sentimientos. En otros puede tratarse de un problema de valor o autoestima. El alcohol puede proporcionar una falsa confianza en uno mismo." (8) La clave está en que la persona comprenda los patrones repetitivos de conducta destructiva hacia ella misma y hacia los demás que abarcan a veces vidas enteras y se liberare del miedo: "El mecanismo curativo central de la terapia de regresión a vidas pasadas es la transmutación del miedo en amor. Este es el mensaje de curación que quienes han experimentado la regresión a vidas pasadas difunden y practican." Y ¿cómo se lleva a cabo esta transmutación? "Conociéndose a sí mismo. Mirando hacia adentro y viendo con claridad. Comprendiendo y adquiriendo sabiduría. Esto nos ayuda a ser más alegres y apacibles. Ésta es la esencia de cualquier curación de vidas pasadas." (8) Por último, cito aquí otra consideración crucial del doctor Bran Weiss:
Para mayor información acerca de la hipnosis regresiva recomiendo leer los libros del doctor Weis, especialmente A través del tiempo, en el que dedica un capítulo especial al tema de la adicción y ofrece un ejercicio de relajación y autohipnosis regresiva muy efectivo.
/ La dimensión espiritual para sanar las adicciones según Cunningham y Ramer
En The spiritual dimensions of healing addictions (10) abordan las necesidades espirituales y los dilemas experimentados por la personalidad adictiva, asumiendo que la mayoría de los adictos no saben cómo manifestar sus sueños y visiones y tienen problemas para manejar ciertas emociones como el miedo, el enojo, el resentimiento y la culpa, por lo que tienden a usar alguna o varias substancias para reprimir esos sentimientos.
Aseguran también que cuando las personas logran suspender el uso de las substancias, los sentimientos reprimidos surgen para ser confrontados y hay que lidiar con ellos. Además de esto es necesario revertir el daño que han sufrido tanto el cuerpo físico, como los cuerpos sutiles y todo el sistema de chakras. Sin esta acción conjunta, la simple retirada de la sustancia no traerá la paz a la persona adicta que continuará sufriendo y tendrá mayores posibilidades de recaeer en la adicción empeorando cada vez más su situación Es por eso que de entrada nos dicen los autores que "la adicción es un problema complejo que requiere distintas clases de sanación en distintos niveles". Es por eso que si la adicción se manifiesta en los planos físico, mental, emocional y espiritual, es necesario que sea tratada también desde los cuatro aspectos. Para quienes tengan intención de sanar su adicción recomiendan pues que simultáneamente: 1. Se sometan a un tratamiento médico para reparar el daño físico; 2. Busquen un psicólogo o un grupo de ayuda para tratar la parte emocional; 3. Procuren informarse y educarse sobre los efectos de las drogas para actuar en el nivel mental; e 4. Identifiquen las dificultades espirituales que pueden estar conduciéndolos al abuso de sustancias y exploren herramientas alternativas para sanar. Ambos libros están enfocados para llevar a cabo estas dos últimas tareas. En Further dimensions of healing addictions, a manera de introducción, nos dicen que las substancias adictivas son "herramientas de poder", a través de las cuales "los usuarios esperan adquirir fuerzas para realizar sus visiones":
Posteriormente explican qué son los cuerpos sutiles y los chakras, cuáles son las funciones que cumplen cada uno, la manera en que pueden bloquearse y los efectos de estos bloqueos. Hablan también del karma y los patrones heredados de vidas pasadas, así como de los fundamentos de la curación con esencias y cristales. A fin de ayudar a los adictos a identificar las dificultades espirituales que los llevaron a involucrarse en el abuso de sustancias, utilizan un capítulo distinto para tratar cada una de las principales drogas adictivas: la cafeína, el tabaco, la marihuana, el azúcar, el alcohol, la cocaína, la heroína y las drogas sintéticas. En cada capítulo hacen un recuento histórico acerca de la manera en que cada una de estas "herramientas de poder" era usada en la antigüedad, para describir a continuación cómo es que se fue perdiendo el conocimiento y la finalidad de su utilización, hasta llegar a nuestros días de abuso y desconexión. Luego describen los principales patrones emocionales latentes en cada caso y los distintos chakras que afecta cada sustancia. Por último ofrecen técnicas para revertir los daños ocasionados tanto en el cuerpo emocional como en los cuerpos sutiles. Estas técnicas están basadas en ejercicios de visualización, aromoterapia, gemoterapia y la observación de ciertos diagramas canalizados por Andrew para reprogramar las biocomputadoras que son nuestros cerebros. Según afirman: "Los hábitos, como las adicciones están impresos dentro de nuestros circuitos cerebrales de la misma manera en que los circuitos de una computadora son programados. Para interrumpir un hábito, necesitas borrar y reprogramar el circuito", y para eso sirven los diferentes diagramas canalizados para cada tipo de droga. Estos diagramas deben mirarse de arriba a abajo o dibujarse 25 veces consecutivas en tres sesiones por día. Además se recomienda mirarlos cuando se sientan deseos de caer en la tentación de usar nuevamente la droga. Desde su perspectiva, el peligro de la adicción se incrementa conforme la sociedad desconoce sus propias raíces y sus experiencias dentro de la dimensión de los sueños. Consideran que el abuso de sustancias constituye hoy en día una verdadera epidemia de serias proporciones "que tiene mucho que ver con la condición espiritual de nuestra cultura y con nuestra pérdida de contacto con los otros niveles de realidad". Por ello les parece que "estamos en una crisis que tiene que ver con nuestro propósito de grupo y nuestra visión grupal, lo cual sólo puede entenderse si miramos la historia de la humanidad en conjunto". (11) A manera de conclusión, Donna y Andrew advierten en su segundo libro lo siguiente:
FUENTES DE
INFORMACIÓN ACERCA DE LA ADICCIÓN 1. Almendro,
Manuel: "Método revolucionario para curar toxicómanos", Revista
Más Allá, 1998. 2. Chokhan, R. M.: Drug
addiction and therapy: A Vipassana Perspective, Vipassana Research
Institute, Dhamma Giri, Igatpuri-422 403, Maharashtra, India, s/f. 3. Fericgla, Joseph María:
Los chamanismos a revisión, Kairós, Barcelona, 2000. 4.
Hart, William: La Vipassana, el arte de la meditación budista,
Edaf, Madrid, 1994. 5.
Grof, Christina y Stanislav: La tormentosa búsqueda del Ser,
Los libros de la liebre de marzo, Barcelona, 1990. 6. Mabit
M. Jacques: "El cuerpo como instrumento de la iniciación shamánica",
internet: www.ayahuasca-wasi.com/ 7.
Malpica, Karina: "Vipassana: una joya dorada en la aventura del
conocimiento de la conciencia", DFIR, internet: www.skaysolutions.com/dfir 8.
Weiss, Brian: A través del tiempo, Punto de lectura, Madrid,
España, 2001. 9.
Weiss, Brian: Muchas vidas, muchos maestros, Punto de lectura,
Madrid, España, 2000. 12. Dathlefsen, Thorwald y Rüdiger Dahlke: La enfermedad como camino, Plaja & Janés, España, 200. En internet: Alcohólicos Anónimos: www.alcoholics-anonymous.org/ Alcohólicos Anónimos España: www.alcoholicos-anonimos.com Alcohólicos Anónimos México: www.alcoholicos-anonimos.org.mx/ Narcóticos Anónimos Latinoamérica: www.nuestra-net.com/na-latina/html/index.html Narcóticos Anónimos Región México: www.namexico.org.mx/ Fundación Vipassana: www.neru.dhamma.org/ Para facilitar
su descarga esta sección está dividida en dos páginas,
ésta es la segunda |
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