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Datos
generales / Origen / Denominaciones / Química
/ Identificación / Composición /
Formas de adulteración / Farmacología / Mecanismos de acción y formas de empleo / Usos terapéuticos / Dosificación / Efectos fisiológicos y psicológicos / Potencial de dependencia / ¿Qué hacer en caso de emergencia? Hechos interesantes / Régimen legal actual / La fortuna de Bayer: Aspirina y Heroína / Fuentes de consulta |
Origen En 1883, Dreser, un químico alemán, aisló un opiáceo nuevo gracias a la acetilización del clorhidrato de morfina, la diacetylmorfina. EtimologíaLa acción de esta nueva droga sobre las vías respiratorias era tal, que se creyó que había sido vencida definitivamente la tuberculosis, por lo que se le dio el nombre de heroína (Heroish, remedio enérgico). La heroína sin refinar se conoce como brown sugar (azúcar moreno); y ya refinada como horse o H.
Composición
Formas de adulteraciónComo todos los opiáceos de venta ilícita, la heroína puede adulterarse con quinina, lactosa, azúcar, bórax y otros fármacos depresores del SNC como barbitúricos y sedantes o contaminarse con bacterias, virus, hongos o partículas. Se han reportado algunos casos de sustitución total de heroína por pentazocina más el antihistamínico tripelenamina. FARMACOLOGÍAMecanismo de acción y formas de empleo Por lo general, la heroína se disuelve en agua y se inyecta directamente en las venas, aunque también puede ser inhalada [por lo tanto el accidente de Mia en la película Pulp fiction al inhalar heroína -si era eso lo que se inyectaba Vincent Vega- pensando que era cocaína, no se debió a la vía de administración sino a una ficción de Tarantino]. William
Burroughs describe el ritual que observa un junkie (palabra inglesa para designar a los que se inyectan morfina
o heroína):
Los efectos de la heroína comienzan entre los 3 y los 5 minutos después de haber sido inyectada o inhalada y duran entre tres y cuatro horas. Al llegar al cerebro la heroína ocupa los receptores opioides, principalmente los receptores mu que funcionan en el área de la analgesia y deprimen la respiración; y los receptores delta que, según teorías recientes, pueden estar más vinculados con el estado anímico que con la analgesia. (17) Usos terapéuticosA partir de su aparición, la heroína se utilizó principalmente para tratar la tuberculosis por su capacidad para suprimir el reflejo de la tos. Pronto se vio que su efecto anestésico no era mayor que el de la morfina, pero era más activa por lo que podía utilizarse en dosis menores logrando el mismo efecto con las consiguientes ventajas a nivel de acumulación en los tejidos. Sin embargo, algo más la diferenciaba de la morfina: ciertos efectos estimulantes y no sólo analgésicos, por lo que durante mucho tiempo se recomendó como cura para el hábito producido por la morfina. Actualmente el clorhidrato de heroína se utiliza muy poco ya sólo como antitusígeno en casos severos. DosificaciónLas dosis terapéuticas son de 5 a 10 mg por medio de inyecciones subcutáneas o intramusculares. Como antitusígeno se recomienda en dosis de 1.5 a 6 mg por vía oral. Para usos extrafarmacológicos, las dosis bajas rondan los 5 mg, las medias 15 mg, y las altas más de 25 mg. La dosis letal se calcula en 250 mg para sujetos sin tolerancia. Efectos psicológicos y fisiológicosSegún describe Escohotado, las primeras administraciones de heroína se reciben con manifestaciones de fuerte desagrado, entre las cuales destacan náuseas y vómitos. La sensación inicial se conoce como rush, una estimulación placentera e inmediata de los centros nerviosos de la parte superior del cerebro:
Alexander
Shulguin, diseñador de drogas y defensor del uso responsable de todo
tipo de sustancias psicoactivas, asegura: "En mi caso, al probarla,
sentí una especie de paz somnolienta, lejos de las preocupaciones y
el estrés. Pero también experimenté falta total de motivación, de alerta
y de cualquier urgencia por hacer las cosas. No me gustó la heroína
porque, bajo sus efectos, nada parece ser importante." (21) A nivel físico se presenta contracción pupilar, insensibilidad al dolor, disminución de la presión arterial, del ritmo respiratorio y del deseo sexual, e incoordinación muscular. En caso de administraciones continuas puede presentarse obstrucción intestinal. La hepatitis parece ser la complicación más frecuente, aunque no se ha determinado si es directamente provocada por la droga o por los métodos de administración intravenosa. Esta insalubridad que lleva a compartir agujas no esterilizadas entre los usuarios, puede ocasionar también el contagio del virus del sida y del tétanos así como diversas infecciones cutáneas. No se han detectado alteraciones genéticas debidas al uso de heroína, sin embargo, los hijos de mujeres que la consumen frecuentemente durante el embarazo suelen nacer con bajo peso y presentan manifestaciones abstinenciales en diferentes grados. Potencial de dependenciaLa tolerancia provocada por la heroína es alta y se desarrolla con relativa rapidez. Lo mismo sucede con la dependencia psíquica y fisiológica. Para experimentar una necesidad física apremiante bastan alrededor de cinco semanas de usar diario un cuarto de gramo (ir al apartado de ¿Qué es una droga psicoactiva? para consultar información detallada al respecto de los receptrores cerebrales de los opiáceos y la forma en que ocasionan la dependencia física). En la terminología propia de los usuarios de la heroína, cuando alguien asegura que "el monito se le sube a la espalda", está sufriendo un síndrome abstinencial. En palabras del experto usuario William Burroughs:
¿Qué hacer en caso
de emergencia? La intoxicación por heroína se caracteriza por miosis en grado máximo (las pupilas se ven del tamaño de la punta de un lápiz), náuseas, vómito, depresión de los sistemas respiratorio, circulatorio y digestivo. La mayoría de los casos de sobredosis pueden atribuirse a dos factores: 1) la mala apreciación de la tolerancia en los consumidores que, tras largos periodos de administrarse una dosis alta, sufren un periodo de abstinencia y vuelven a usar la misma dosis que acostumbraban; o 2) un suministro repentino de heroína sin adulterantes que implica una dosis mayor a la habitual. En casos de gravedad se produce un colapso respiratorio, coma y muerte, por lo que resulta indispensable la intervención médica y no permitir que el sujeto se duerma ya que hay peligro de muerte por asfixia. La naloxona Narcan®, en dosis de 4 mg por vía intravenosa, intramuscular o subcutánea, actúa como antagonista de los efectos producidos por la intoxicación aguda, pero no resuelve el síndrome de abstinencia. Si no hay respuesta después de 3 dosis de naloxona aplicadas en intervalos de 3 minutos, es posible que otra droga esté implicada o exista alguna enfermedad. Si la droga fue ingerida y el individuo está consciente, se recomienda dar carbón activado disuelto en agua y provocar el vómito. Posteriormente se recomienda un lavado gástrico. Si fue inyectada se utilizan compresas de hielo en el sitio de aplicación para disminuir el flujo capilar sanguíneo. En ambas las circunstancias se recomienda mantener caliente al paciente y darle de beber café negro fuerte. La heroína es una sustancia prohibida, perteneciente a la Lista I. En la práctica esto significa que no hay autorización alguna para comercializar la heroína con fines recreativos. Sus fines científicos y médicos virtualmente no existen. En el
caso de la legislación
mexicana en materia de drogas, de acuerdo a las Tablas de penas previstas en el artículo
195 BIS del Código Penal para el Distrito Federal en Materia Común y
para toda la República en Materia Federal, portar menos de 1 g de HEROÍNA se considera como consumo personal y no se aplica ninguna
sanción según el Artículo 199 del mismo código.
La fortuna de Bayer: Aspirina y Heroína A finales del siglo XVIII, la compañía Bayer es todavía una pequeña fábrica de tintes en una provincia alemana. Sin embargo, gracias a que un empleado suyo, pudo aislar la diacetilmorfina, la suerte de esta empresa cambia por completo. Los primeros experimentos con la nueva droga se realizan dentro de sus laboratorios, orientándose hacia el tratamiento de la tos, disnea y tuberculosis.
La propaganda para comercializar la heroína a nivel mundial asegura: "Al revés que la morfina, esta nueva sustancia produce un aumento de la actividad. Adormece todo sentimiento de temor. Incluso en dosis mínimas hace desaparecer todo tipo de tos." (9)
Las colonias europeas y la prohibición de la heroína Los elogiosos comentarios de su descubridor acaban por desvanecerse cuando se comprueba que la heroína únicamente representa para los morfinómanos un cambio en su objeto de preferencia. Estos casos se perciben como un fenómeno de proporciones crecientes en algunas ciudades europeas, pero dicha percepción cambia cuando la moda se difunde en las colonias. Hacia 1924, los empresarios en Egipto, pagan cada semana a sus empleados con heroína. Este sistema salarial genera graves problemas de adicción, nutrición y solvencia económica entre la población árabe; por lo que un año después, durante la Convención de Ginebra, a solicitud de las potencias colonialistas (Inglaterra, Francia, Bélgica y España), la heroína y el cáñamo se incorporan a la lista de sustancias controladas. Por supuesto no hubo representación independiente de los territorios productores de cáñamo (África y Asia) y adormidera (Turquía, Rusia, Persia y Afganistán).
En 1931 se realiza otra Convención en Ginebra. Estados Unidos es ya el principal sufragador de la Sociedad de las Naciones Unidas. Esto le sitúa en una posición de fuerza no sólo moral sino técnica, pues el Comité Central apoyaría en adelante sus criterios incondicionalmente. A cambio de poner en práctica las directrices del Convenio de 1925 y la fijación de montos y evaluaciones sobre la producción lícita de adormidera y otras plantas psicoactivas con utilidad médica, la delegación estadounidense autoriza un generoso incremento de dotaciones destinadas a poner en práctica los acuerdos internacionales. Cinco años después, a través del Convenio para la Supresión del Tráfico Ilícito de Drogas Nocivas, los países afiliados a la Sociedad de Naciones se obligan a perseguir y castigar severamente el tráfico de "drogas nocivas" y se recomienda a todos la creación de servicios especializados de policía. La cruzada americana se había convertido en cruzada mundial.
Gracias
a su prohibición, la heroína no tarda en formar en las urbes occidentales
lo que algunos llaman "el culto ceremonial a la aguja de nuestro
tiempo". Para comprenderlo mejor basta asomarse a las magníficas
páginas, en parte autobiográficas de Jonqui
y El almuerzo desnudo en las que William
Burroughs describe con honestidad y desenfado el sistema de vida de
los llamados junkies:
La CIA y el tráfico de heroína Aprovechando este culto heroínico en amplios sectores de las principales urbes de todo el mundo, la CIA emprende a finales de los sesentas una de las estrategias más rentables y escandalosas de su historia: permite que sus agentes asiáticos trafiquen heroína respaldados por el Nugan-Hand Bank con cede en Australia. Este banco se dedicaba a blanquear todo el dinero proveniente del famoso Triángulo Dorado encargado de producir la heroína en el sudeste asiático. Las ganancias del tráfico ilícito eran empleadas en la compra de armamento para sostener la incosteable y absurda guerra de Vietnam que cada vez tenía menos adeptos entre los miembros del Congreso facultados para aprobar o rechazar el presupuesto otorgado al ministerio de defensa. Este escándalo ha servido para comprender en buena medida el auge que la heroína tuvo en los Estados Unidos durante los setenta y quizá explique también su persistencia en las siguientes décadas.
La aparición
de los chippers es un fenómeno
reciente que ha tenido lugar entre profesionistas de clases media bien
informados y preocupados por su salud. El término chipper se utiliza para describir a "los consumidores no-adictos
que usan drogas adictivas de una manera controlada". Según explica
uno de ellos, la heroína puede ser relativamente segura, si se usa de
una manera inteligente:
Los efectos de la heroína en el sistema de chakras Donna Cunningham tenía varios años trabajando como terapeuta especializada adicciones cuando entró en contacto con Andrew Ramer, un sanador y canalizador con quien colaboró para escribir dos libros: The spiritual dimensions of healing addictions (25) y Further dimensions of healing addictions (26).
En Further dimensions of healing addictions, entre otras muchas cosas interesantes, nos explican cuáles son los efectos que tienen las principales sustancias adictivas sobre el campo energético humano, concretamente sobre el sistema de chakras. En el caso de la heroína, Danna y Andrew aseguran que es una herramienta de poder para conectar el propio sentido del poder (el chakras del plexo solar) con el el lugar (el chakras de la raíz) cuando estas energías no están funcionando juntas debido a insuficiencias emocionales y ambientales. "Como herramienta, hace el trabajo que uno quiere, breve y efectivamente, pero sólo por cortos periodos de tiempo". Conforme la adicción avanza, la heroína revierte esta conexión y termina desconectando ambos chakras. "Como ocurre con todas las sustancias adictivas, no es la mejor herramienta, pero algunas veces es la única disponible." Los autores aseguran que las adicciones van y vienen en popularidad en respuesta a las cambiantes necesidades de la cultura y a las fases de desarrollo de la conciencia humana:
También sostienen que a menudo las adicciones son puentes interculturales de encarnación y que la heroína es "un puente entre una serie de vidas en el Oriente y la primera de una serie de vidas en Occidente".
A menudo, cuando el impulso inicial es honrado, dicen Donna y Andrew, "los adictos que se recobran pueden abrirse a la sanación que los convertirá con el tiempo en portadores de nuevas herramientas de enrgía para cambiar a la sociedad". En el caso de los pioneros de este cambio intercultural que han abusado de la heroína, cuando se recuperen de su adicción puden servir grandemente a la humanidad debido a sus "importantes herencias y habilidades, ya que tienen un rico bagaje de valores del este y desarrollo espiritual, y suficientes habilidades para subsistir y evolucionar". (26) Un ejemplo exitoso de esta transculturación es la vida del inglés Sri Aurobindo, cuya vida puede inspirar a las personas que realizan este cambio de encarnaciones este-oseste (consultar el libro Sri Aurobindo o la aventura de la conciencia, Ed. Obelisco, Barcelona, 1990).
Según los autores, en ningún caso es más crucial que con la heroína y la cocaína reprogramar los patrones de onda cerebrales que han suprimido las frecuencias normales durante tanto tiempo como para afectarlas masivamente. Estos
diagramas deben mirarse de arriba a abajo o dibujarse 25 veces consecutivas
en tres sesiones por día. Además se recomienda mirarlos
cuando se sientan deseos de caer en la tentación de usar nuevamente
la droga en cuestión. (Ver más al respecto en adicciones) Una última cuestión en la que hacen incapié Donna y Andrew es en la relación entre el consumo de azúcar y la heroína:
FUENTES DE CONSULTA ACERCA DE LOS OPIÁCEOS 1. Arias Carbajal: Plantas que curan y matan, Editores Mexicanos Unidos, México, 1990. 2. Astorga, Luis: El siglo de las drogas; Espasa-Calpe, México, 1996. 3. Brailowsky, Simón: Las sustancias de los sueños: Neuropsicofarmacología. FCE-CONACYT, México, 1995. 4. Brau, Jean Luis: Historia de las drogas, Bruguera, España, 1973. 5. Burroughs, William: El almuerzo desnudo, Anagrama, España, 1975. 6. Burroughs, William: Junkie, Júcar, España, 1978. 7. Diccionario de Especialidades Farmacéuticas, Edición no. 40, PLM, México, 1994. 8. Escohotado, Antonio: Guía de drogas, Ómnibus Mondadori, España, 1990. 9. Escohotado, Antonio: Historia General de las drogas, Tomo II. Alianza editorial, España, 1995. 10. Fármacos de abuso: Información farmacológica y manejo de intoxicaciones, Centro Mexicano de Estudios en Farmacodependencia, México, s/f. 11. García Liñán, Carmen: Opiáceos, Árbol Editorial, México, 1990. 12. Goodman, Alfred et all: Goodman y Gilman. Las bases farmacológicas de la terapéutica, 8va. edición, Panamericana, Argentina, 1991. 13. Heffern, Richard: Secrets of Mind-altering plants of Mexico, Pyramid Books, USA, 1974. 14. "Heroin is reasonable safe and a lot of fun", The Sputnik Drug Information Zone, Internet. 15. Identificación de Estupefacientes y Psicotrópicos, Manuales de Capacitación, PGR, 1994. 16. Krupp, Marcus et all: Diagnóstico clínico y tratamiento, Manual Moderno, México, 1988. 17. Levintal, Charles F.: Mensajeros al paraíso, Gedisa, España, 1989. 18. Opiates facts: opium, codeine, morphine, heroin, Alcoholism and Drug Addiction Research Foundation, Toronto, Canada, 1991. 19.
Quincey, Thomas de: Confesiones
de un opiófago inglés, Fontamara, México, 1989. 20. Schultes, R.E. y Hofmann, A.: Plantas de los Dioses: orígenes del uso de los alucinógenos, FCE, México, 1993. 21. Shulguin, Alexander: "La legalización de ciertas drogas debería de ir acompañada de educación", Muy Interesante, Año XVI, No. 2, México, Febrero de 1999. 22. Snyder, Solomon H.: "Los receptores de los opiáceos y sustancias opiáceas endógenas", Investigación y ciencia, edición en español de Scientific American, Mayo 1977, Barcelona, España. 23. Taylor, Norman: Drogas, Novaro, México, 1970. 24. Marlowe, Ann: Cómo detener el tiempo: la heroína de la A a la Z, Anagrama, Barcelona, España, 2002.
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